AGOSTO DE 1946

NUEVA EDITORA

Ellen Weir, nueva Editora del Liahona de la Misión Hispano Americana, en lu- gar de la hermana Lucille Beck, quien ha salido a', campo misionero.

RELEVADA

Helen Marjorie Jensen quien ha sido re- levada de la Misión Hispano Americana para regresar a su hogar en Sandy, Utah-

RELEVADA

Rosa Mae McClellan, quien ha sido relevada de la Misión Hispano Americana para re- gresar a su hogar en Los Angeles, California.

RELEVADA

Kathleen Zundel, quien ha sido relevada

de la Misión Hispano Americana para

regresar a su hogar en Chico,

California.

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LA GLORIA DE DIOS ES INTELIGENCIA

Agosto de 1946 AÑO X No 8

(irgatiü QDfirial íip laa íHiatunra íHrXtrsna

DIRECTORES:

Presidente Arwell L. Pierce. Presidente Lorin F. Jones.

EDITORAS:

Ellen Weir.

p Hiajiartuampriraua i)r la díglpaia üp Jp- Ana Marie Pratt

Burrisío íip Ins laníos íip loa Hltiuna Uíaa iJJubliraiHi ntpuauahnpntp

REDACTORES: Harold Brown, José Rueda y Dionisio Laguna

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración de Correos de México,.

D. F., el 27 de Febrero de 1945.

ÍNDICE

EDITORIALES

Movimientos Pro- Juventud Tomado de "The Church News" 312

El Deber de Amonestar El Poder de Salvar ...Richard L. Evans Ultima de

forros

ARTÍCULOS ESPECIALES

He aquí El Profeta ... Harold Brown 316

Conferencia Lamanita y Sesiones del Templo en Español-1946

Lorin F . Jones 318

Rama de Los Angeles 323

Conferencia de la Primaria ... . . . . Tomado de "The Deseret News" 327

Paralelo de Evidencia Joseph Fielding Smith 328

ARTÍCULOS CONTINUADOS

Conoced a Vuestros Líderes ... Wilford Woodruff 320

Narraciones Acerca de José Smith Edwin F. Parry 33L

(Debido a la falta de lugar, no se publicaron este mes los artículos continuados) .

SECCIONES, FIJAS

Sociedad de Socorro Ivie H . Jones 334

Sacerdocio 335

Sección Misionera 337

Sección del Hogar Ivie H. Jones 338

Sección Infantil 342

Escuela Dominical ... Dr. Vernon F. Larsen 343

VARIOS

Bienvenida Poesía Consuelo Gómez 313

Entrega del Libro de Mormón al Presidente Prlanuel Avila Camacho. 314

Fotografía de la Conferencia General de la Misión Mexicana 315

Minuto Libre 350

EXPLICACIÓN DE LA CARÁTULA

Fotografía del hermoso Salto de San Luis Potosí en el estado del mismo nombre, tomada por el hermano Otto Done.

MISIÓN MEXICANA: Monte Líbano No. 520, Lomas de Chapultepec, México, D. E . MISIÓN HISPANO AMERÍCANA: 3531 Fort Bculevard, El Paso, Texas.

Tomado de "The Church News"

Los movimientos pro-juventud han sido prominentes en el mun- do durante la última década. Su influencia se ha extendido, aún has- ta esta nación (E.E. U.U.). En algunos instantes estos movimientos han establecido en la mente de la juventud antipatía hacia el hogar, los padres, y la iglesia, los estandartes morales, y muchas de las ca- racterísticas sólidas que han sido tan altamente respetadas en el pa- sado. Esta antipatía conduce al fanatismo de algunos grupos. Solda- dos aliados se encontraron con mucho de esto al conquistar y ocupar tierras extranjeras. .

A pesar de que no ha habido mucho de este tipo de fanatismo en América sobre una base organizada, sin embargo ha habido una demostración definida de esta misma antipatía en casos individuales entre niños. Ha habido una casi increíble "media vuelta" en el pen- samiento de muchos niños de América, paralelizando a un grado mar- cado el pensamiento y la actitud de estos jóvenes extranjeros que han sostenido enseñanzas peligrosas de las ideologías contra las cua- les hicimos la Segunda Guerra Mundial.

Una de las características agudas de los miembros de el movi- miento pro-juventud Nazi, por ejemplo, era una completa renuncia- ción de padres y hogar. Los niños a veces hasta entregaban a sus pa- dres a la gestapo, porque se atrevían a tomar el papel que la natu- raleza les da, v entonces esos padres fueron arrestados, y nunca se supo más de ellos. El desafío abierto del padre o de la madre fue una característica del movimiento pro-juventud Nazi. La renunciación al amor paternal era parte de ello; era la cosa correcta desairar a padre y a la madre; se consideraba débil aceptar la enseñanza del hogar; que un niño debía algo en forma de respeto o lealtad a sus padres era para muchos de ese grupo ineflexivo. Y asi siguieron su propia manera, una manera que los condujo a dificultad, a guerra, a desesperación, a muerte. . .

¿Hay algo de bueno en tal sistema, que nuestra juventud, indi- vidualmente o colectivamente, debiera desear emular? El resultado de tales tácticas debe convencer a cualquiera persona normal de la falacia de tal curso. .

Sin embargo, en América, hay niños que, como los miembros del movimiento pro-juventud Nazi, desairan a sus padres, rehusan re- conocer ninguna deuda para con ellos por todas sus bendiciones, vuelven su espalda sobre el amor y la asistencia paternal, ni siquiera aceptan un regalo de Navidad, o una tarjeta de saludos. ¿Los que hacen esto son acaso mejores que los Hitleristas que procuraron glo- rificar" tal iniquidad? ¿Por qué desea la juventud llegar a ser ban-

( Continúa en la pág. 341)

Híem^emda

Al Profeta George Albert Smith

¡Salud, Piloto que guías La nave más poderosa, La que surca magestuosa Del mar en la inmensidad! Porque el mundo es mar sin playa Donde se alzan las tormentas, k Más fuertes y turbulentas Llenas de ferocidad.

¿ Qué potencia te dirige Para que con férrea mano Del mundo en el vasto océano Puedas el camino hallar? Tu brújula siempre marca Con precisión inaudita Hacia Ja meta bendita De un magnífico lugar.

Tu bandera ondea triunfante, Alto, muy alto, y parece Que en el mástil resplandece >Con gigante magnitud. La tripulación es noble, Los marinos, escogidos, Grandemente bendecidos Con el don de la virtud.

Muchos puertos has tocado

Y en cada feliz paraje

Kan recibido el mensaje

De tu santa inspiración.

Hoy que en mi patria tus anclas

Se detienen un momento

Palpita con gran contento

La dicha en el corazón.

Que tu presencia ilumine Como un fanal, el camino Que llega al reino divino Donde es tan puro el amor. Que seas el mágico heraldo De voz tan fuerte y potente Para que oiga el indigente, También el alto señor.

Y cuando leven las anclas Ya para el último puerto Por la senda que has abierto; En proporción colosal Tomen pasaje en la nave Peregrinos a millares, Reclamando sus lugares En el Reino Celestial.

Y si llegar no te toca Como Piloto hasta el cielo Espera allá con anhelo

Las naves que de aquí van Al mar de la eterna calma Fara encallar en la playa Adonde esperando se halla Fl Supremo Capitán .

Y que entre músicas bellas Con emoción muy intensa Recibas la recompensa

Y escuches la dulce voz Que diga: "Buen siervo fiel, Sobre poco has sido bueno Sobre mucho aquí en el Reine Te colocará tu Dios".

Consuelo Gómez Pachuca, Hidalgo

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LIAHONA

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Profetas hay muchos porque el testimonio de Cristo es el espíritu de la profecía, pero Profeta llamado y apartado para dirigir la obra de Dios en la tierra, hay sólo uno, y él es el que nos ha bendecido con su presencia. Ahora nos resta a nosotros de la Misión Me- xicana probar si le aceptamos como Profe- ta de Dios o no. Cristo ha dicho: " El que tiene mis mandamientos y los guarda, aquél es el que me ama;" y aplicándose esto a la visita del Profeta se nos impone una condición de responsabilidad propia. El que verdaderamente acepta al Presidente Jorge Alberto Smith como profeta, está obligado a obedecer sus instrucciones que dio como pro- feta en las Conferencias Generales de la Mi- sión Mexicana los días 25 y 26 de mayo del año en curso. El que profesa aceptarle como profeta y después ande contrario a lo que él mande, será como aquél del cual habló Cristo en estas palabras: "No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cie- los; más el que hiciere la voluntad de mi Pa- dre que está en los cielos". No seamos enton- ces, como aquellos de quienes haya dicho el Presidente Heber J. Grant: "Hay algunos de los Santos que se levantan para cantar, 'Te Damos Señor Nuestras Gracias, que mandes de nuevo venir, Profeta con tu Evangelio', mientras sus acciones tiendan más a decir, 'Te Damos Señor nuestras gracias por un Profeta, siempre que él nos deje hacer lo que se nos antoje" . Seamos fieles a las pa- labras del Profeta Jorge Alberto Smith para probar ante Dios que en realidad le acepta- mos como Profeta, Vidente y Revelador de la Iglesia.

Desde el ministerio de Cristo es probable que no se haya visto un hombre que amase más a toda la humanidad que el Profeta que nos visitó últimamente. Repetidas veces de- rramó su amor y su cariño sobre los Santos de la Misión Mexicana colectiva e individual- mente, diciendo: "Todos sois hijos de nuestro

Padre y El os ama y quiere que tengáis fe- licidad y vida eterna".

Con un gran espíritu cristiano de amor y cariño el Profeta nos amonestó a que tuvié- ramos amor los unos para con los otros, y que no fuéramos contenciosos ni prestos a la ira y la discordia. Seamos pues pacientes y sufridos en nuestros tratos personales y colectivos, para que no caiga sobre nosotros el pecado de desobeder una amonestación que nos ha venido directamente de la boca del Profeta que representa a Dios en la tierra. Recordemos que hemos tenido la más alta autoridad en el mundo entre nosotros, y que Dios seguramente no tendrá como inocente a aquel que menosprecie las palabras y las amonestaciones de Su Escogido.

Nos dio un hermoso ejemplo del arrepen- timiento y el perdón, y siendo que todos te- nemos de qué arrepentimos, debemos grabar en la mente el ejemplo dado por él. Recor- dando lo que dijo Juan el Amado se hace aun más importante este ejemplo, porque Juan dijo: "Si dijéramos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y no hay ver- dad en nosotros- Si confesamos nuestros pe- cados, El es fiel y justo para que nos per- done nuestros pecados y nos limpie de toda maldad. Si dijéramos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros". Para que veamos que a veces hay culpa y pecado en el ofendido tan- to como en el ofensor, y que el verdadero mérito queda en que reconozcamos nuestra falta aunque seamos el ofendido y no el ofen- sor, convirtiéndonos así en pacificadores, to- memos en consideración el gran ejemplo que nos dio, aún de los anales de la historia de su propia vida: De joven Jorge Alberto Smith fué ofendido por un Presidente de Estaca, y él sentía que aquel Presidente de Estaca le ^ había tratado injustamente, aún con malicia. Dijo que por varias semanas no iba a los

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cultos porque guardaba un odio y un rencor en su coraíón y bajo esas condiciones no que- ría participar del saci-amento. Un día, sen- tado en su escritorio; se le vino al pensa- miento que él se estaba perjudicando con el rencor que guardaba en su corazón, y re- solvió irse con su ofensor para arreglar la .Jficultad que había entre ellos- Cuando en- tró a la puerta de la oficina del Presidente de Estaca, se levantó aquel para defender- se, porque temía de lo que pudiera suceder con la llegada del -joven que él había ofen- dido poco antes. Jorge Alberto Smith le ex- tendió la mano, diciéndole: "Ruego que me perdones por haberte aborrecido tanto du- rante estos últimos días". El Presidente de Estaca quedó tan sorprendido con la disposi- ción que tuvo el joven Smith que perdonarle, siendo él el ofensor, que difícilmente encon- tró palabras para contestarle. Al hermano Smith le dijo: "No tienes motivo de pedirme a el perdón, puesto que yo soy el que te ofendí y debo pedirte el perdón a ti". Desde esa época esos dos siervos de Dios han go- zado de una grande amistad y ambos han servido al Señor con grande amor. Eso si fué cumplir con la ley del amor, y a cada uno de nosotros nos resta hacer lo mismo, porque el Señor ha dicho: "Porque el que no perdona a su hermano sus traspasos queda condenado ante el Señor; porque se le queda en él el &> mayor pecado".

El Profeta estuvo con nosotros en dos se- siones de Conferencia General el sábado 25, dándonos alimento espiritual hasta llenarnos y satisfacernos. El domingo 26 predicó un precioso sermón en el culto de sacerdocio a las nueve de la mañana y luego pasó al cui- ji to de las mdres é hijas y expuso algunos altos conceptos acerca de la mujer y la ma- dre . En las dos sesiones de Conferencia Ge- neral que presidió el día de domingo, acabó de dejarnos satisfechos de su calidad de Pro- feta, Vidente y Revelador, y nos predicó con- ceptos altos que nos provocarán la medita- 1 ción y nos guiarán al buen vivir durante to- da la vida; muy pronto aparecerán en el Li- hona unos de dichos sermones. El lunes 27, por la mañana, el Profeta dejó su bendición

con toda la nación Mexicana, dejando un Libro de Mormón y su bendición con el Pre- sidente de México, Manuel Avila Camacho, quién pudo ver y entrevistar personalmente en el Palacio Nacional (Véase la fotografía en la página 314). El mismo día por la tarde presidió un culto de los misioneros y diri- giéndose a ellos les hizo patente su alto lla- mamiento, y les amonestó a que fuesen siem- pre fieles y cumplidos, porque su labor se trata de almas y no de cosas mundanas. El martes 28 visitó a los Santos en el distrito de San Marcos, Hidalgo y fué agasajado por ellos con un progi'ama que le agradó bastan- te- Expresó gusto al pararse en el lugar donde cayeron dos mártires a la causa del Señor, habiendo sido fusilados allí los her- manos Rafael Monroy y Vicente Morales du- rante la revolución, por no> querer negar su fe. El miércoles 29 fué recibido jubilosamen- te por los hermanos de Tecalco, y allí pre- s'dió una conferencia, predicó un sermón pre- cioso, y dejó una bendición sobre los niños de la congregación, a petición de las ma- dres- En todos sus movimientos por la Mi- sión Mexicana el Profeta fué acompañado por el Presidente de la Misión, Arwell L. Pierce y sus predicaciones fueron interpre- tadas al español por el Eider Harold Brown. Durante su corta estadía en México el Pro- feta pudo visitar algunos puntos de interés, como el convento escondido de Puebla, la región arqueológica de San Juan Teotihua- cán, el Museo Nacional, y el Castillo de Cha- pultepec en la Ciudad de México. Mostró un vivo interés en las cosas de México, en el Pueblo Mexicano, y sobre todo en los Santos de esta Misión. El secretario a la Primera Presidencia de la Iglesia, el hermano José Anderson, acompañó al Profeta en su viaje y todos gozamos de su presencia y de sus predicaciones que pronunció en las Confe- rencias Generales de la Misión en Ermita.

Cuando el Profeta y el hermano Anderson salieron de la Ciudad de México el día 30 de mayo, nos dejaron llenos de gozo y de amor para la obra de Dios. ¡Que el Señor le ben- diga al Profeta con salud y largos años de vida!

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Lorin F. Jones, Presidente de la Misión Hispano Americana

I

La Conferencia Lamanita y sesio- nes del Templo en español, efectua- das en Mesa, Arizona los días 6 a 10 de noviembre de 1945, fueron impor- tantes eventos de historia de la Igle- sia en cuanto a los pueblos Lamanitas o mexicanos e indios. Todos los que asistieron a estas sesiones fueron en- tusiastas en alabanzas del maravillo- so espíritu del Señor que estaba tan abundantemente en evidencia.

En una junta arreglada por los Presidentes de Rama con el Presi-

dente McKay durante la semana de conferencia en Mesa, pidieron a la Primera Presidenca de la Iglesia, por medio del Presidente McKay que hi- ciera de estas conferencias y sesio- nes del templo eventos anuales para los pueblos de habla-española. Du- rante la reciente Conferencia de Abril en Salt Lake City el Presidente McKay notificó al Presidente Jones de la Misión Hispano Americana que se celebrarían de nuevo este año la conferencia y las sesiones del Templo, y que se arreglarían las fechas con el Presidente H. Lorenzo Payne del Tem- plo de Mesa. El Presidente Jones se reunió con el Presidente Payne del Templo de Mesa el día 19 de abril de 1946, cuando se fijaron las fechas para la Conferencia Lamanita para los días domingo y lunes, 3 y 4 de noviembre, y las fechas para las se- siones del Templo para martes, miér- coles, y jueves, 5, 6. y 7 de noviembre.

El Presidente Lorenzo Wright de la Presidencia de la Estaca de Mari- copa ha prometido su cooperación en cuidar de los miembros visitantes. Se proyecta acomodar a los visitantes lo mismo que el año pasado en la "Ma- zona". El tratamiento tan generoso y bueno dado a los miembros que asis- tieron a la Conferencia por la Presi- dencia de la Estaca de Maricopa, es algo que nuestros miembros siempre lecordarán. Posiblemente no hay otro lugar en toda la Iglesia mejor parí efectuar tal conferencia, y para cui- dar a los miembros que asistan.

Nuestro plan para la conferencia de este año es que hagamos el pro-

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grama para dos días en vez de uno. El año pasado las tres sesiones de la conferencia dieron demasiado poco tiempo para los predicadores lamani- tas que asistieron de las secciones le- janas y esparcidas de la Iglesia. Un programa de dos días de conferencia proveería mucho más tiempo para que los líderes visitantes dieran su mensaje.

Los miembros que desean ir a las sesiones del Templo deben empezar a hacer preparaciones inmediata- mente. Deben guardar en mente lo siguiente :

1. Como todos saben, únicamente a los miembros que están viviendo en completa armonía con las enseñan- zas de la Iglesia puede permitírseles entrar al Templo. Tienen que ser lim- pios moralmente ; tienen que obede- cer la Palabra de Sabiduría ; tienen que pagar sus diezmos y ofrendas; tienen que vivir en armonía con la Iglesia y sostener a las autoridades de la Iglesia. Aquellos que deseen al Templo tendrán que solicitar de antemano recomendaciones para el Templo de su Presidente de Misión. Estos se deben conseguir mucho antes

K del tiempo de la conferencia. Estos se pueden dar solamente después que el Presidente de la Misión haya entre- vistado personalmente el miembro haciendo la aplicación.

2. Al hacer obra del Templo, tene- » mos que guardar en mente nuestros

antepasados tanto como nuestra fa- milia inmediata. Las personas que es- peren entrar al templo este otoño, que previamente han ido, deben ve- nir preparados con los nombres de sus antepasados cuyo trabajo no se ha hecho. Cada persona puede hacer el trabajo para un antepasado en cada sesión del Templo a que asis- ta. (Las mujeres hacen la obra pa- ra las mujeres y los hombres para los hombres).

3. Aquellos que esperan ir al Tem- plo deben arreglarse tan pronto po- sible para conseguir las hojas do genealogía en español de la Oficina de Misión, junto con instrucciones para llenarlas. Entonces se deben lle- nar estas hojas y regresarlas a la Oficina de Misión semanas antes de la sesión del Templo. Estos nombres tienen que ser mandados a Salt Lake City al índex Bureau y después se- rán mandados al Templo de Mesa para que se pueda hacer la obra. Se debe tomar sumo cuidado en llenar estas hojas de genealogía para ase- gurar que toda la información nece- saria esté puesta, también que los nombres y las fechas estén escritos correctamente. Los Presidentes de Rama deben animar todos los miem- bros a hacer la obra genealógica y mandar estas hojas a la Oficina de Misión. Hay escacés de nombres la- manitas en el Templo.

4. Los que esperan asistir a la con- ferencia deben hacer planes de an- temano en cuanto a como viajarán. En algunos casos donde un grupo grande haga el viaje quizá sería bue- no arreglar para alquilar un camión de pasajeros o de carga para llevar a los miembros a Mesa en viaje re- dondo.

5. Se sugiere que cada Presidente de Rama haga un estudio cuidadoso de los miembros de su rama que es- peran hacer el viaje, y avise al Pre- sidente de la Misión tan pronto le sea posible acerca de los que proyecten asistir. Los Presidentes de Rama de- ben animar a todos los que tengan lo suficiente para gastos a asistir a la conferencia y a todos los que son dignos de ir al Templo para entrar en la Casa del Señor a hacer orde- nanzas para ellos mismos y para sus parientes muertos.

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WILFORD WOODRUFF

El gran y buen hombre, Wilford Woodruff, fué el cuarto Presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Nació el 1? de marzo de 1807 en Farmington, que ahora se llama Avón, condado de Hartford, estado de Connecticut. Co- mo sus predecesores en el oficio pro- fético de 1?. Iglesia, descendía de una raza industriosa y fuerte. Sus ante- pasados figuraron noblemente en la Revolución Americana, y natural- mente transmitieron a su posteridad, el amor a la libertad y las caracte- rísticas que hacen patriotas y márti- res. Wilford Woodruff poseía todas estas cualidades admirables de ca- rácter. Estos estaban coronados por la veneración a Dios, y un fuerte ele- mento religioso en su ser le condujo en su juventud a la consideración de los temas espirituales. También era muy industrioso. Su padre, Aphek Woodruff, era molinero y Wilford le asistió al trabaajr en los molinos de Farmington, y, aunque tenía pocos años, se probó hombre en pensamien- to y trabajo.

Aunque de una inclinación religio- sa, Wilford Woodruff no se unió a ninguna denominación hasta que tu- vo veintiséis años de edad, porque no encontró ninguna que armonizaba en doctrina y organización con la Igle- sia de Cristo, como es descrita en el Nuevo Testamento. Cuando apenas era muchacho, preguntaba a su ma- estro de la Escuela Dominical poi- qué no había Apóstoles y Profetas en su tiempo, como en los tiempos anti- guos. La contestación recibida solo tendió a enfadarle con sectariani^- mo. Era el mismo cuento, "Ya no hay Apóstoles y Profetas, porque ya no se necesitan" ; y sin embargo con to- do el conocimiento de ministros mo- dernos, no podían llegar a la unidad de la fe como fué enseñado por el Salvador y sus Apóstoles. Bajo estas circunstancias, Wilford solo podía elevarse al Señor en oración, y en- contrar consuelo leyendo y creyendo las profecías y doctrinas de la Santa Biblia. En 1832 sintió una fuerte ins- piración para ir a Rhode Island ; pe- ro ya habiendo arreglado ir con su hermano, Azmon Woodruff, a Rich- land, condado de Oswego, estado de New York, no puso atención en la inspiración de visitar a Rhode Island, pero se mudó al lugar anterior.

El 29 de diciembre de 1833, más de un año después de haber dejado Connecticut, dos eideres, Zera Pulsi- pher y Elijan Cheeney, vinieron pre- dicando que un ángel había visitado la tierra, restaurado el Evangelio sempiterno, y que José Smith era un Profeta del Señor. Wilford y Azmon Woodruff fueron a oír, inmediata- mente recibiendo un testimonio de la veracidad de su mensaje, y se ofre- cieron para el bautismo. Wilford

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fué bautizado en la Iglesia de Jesu- día de mayo de 1834, salió con el cristo de los Santos de los Últimos Campamento de Sión para Missouri, Días el día 31 de diciembre de 1833 donde se quedó por algún tiempo, por Zera Pulsipher. El y su hermano, Durante este tiempo estuvo pose- que también recibió el Evangelio, in- sionado de un fuerte deseo de salir mediatamente leyeron el Libro do al mundo y predicar el Evangelio, Mormón y recibieron un testimonio pero no expresó sus deseos, no fue- de su verdad. ra que le consideraran aspirante, es-

En esos días el hermano Woodruff tando esto muy lejos de su disposi- aprendió, que al tiempo de recibir la ción humilde y modesta. Sin embar- impresión de visitar a Rhode Island, go, el Señor conocía el deseo hones- había eideres predicando en ese ea- to de su corazón, y un día, mientras tado, y si hubiera ido allí, habría te- marchaba por un camino, se encon- nido la oportunidad de recibir el tro con uno de los Eideres dirigentes Evangelio un año antes. Sin embargo, en esa sección, quien le dijo: "Her- sus oraciones fueron contestadas; la mano Woodruff, es la voluntad del verdad había venido. Vivió en días Señor que usted sea ordenado Pres- de Apóstoles, Profetas, dones y ben- bítero y vaya a la misión". El her- diciones, y su gozo fué indescripti- mano Woodruff contestó, "Estoy lis- ble. Desde esa hora hasta que partió to". Así fue ordenado, y salió a la para un merecido lugar, Wilford misión a los estados de Arkansas y Woodruff probó, por su vida de de- Tennessee; esto fué en el otoño de voción a la causa de Dios, que esta- 1834. Entre las experiencias notables ba agradecido por su existencia en de esta misión, fué atacado brutal- esta época del mundo. Como coinci- mente por un apóstata llamado Ake- dencia peculiar, cuando José el Pro- man, quien, cuando el hermano feta, escribía su diario algún tiempo Woodruff salía de su propiedad, lle- después, habiendo oído de la acepta- gaba hacia él de manera salvaje co- ción de la fe del hermano Woodruff, mo para hacerle daño ; cuando de re- y no obstante que por centenas se es- pente, el apóstota cayó muerto a los taban bautizando, y no conociéndole, pies de este humilde siervo del Se- escribió bajo fecha del 31 de diciem- ñor. Este evento había sido mostrado bre de 1833 : "Este día fué bautiza- al hermano Woodruff en un sueño, do Wilford Woodruff". Para aquellos aunque no entendió todo el sentido que notan el propósito del Todopo- hasta que se cumplió. El y su com- deroso en el destino e historia de él pañero viajaron a pie, sin bolsa ni y sus compañeros Profetas, esta bre- alforja, pasando por el condado de ve declaración de José Smith puede Jackson, Missouri, donde era peli- tomarse como P r o f é t i ca, indicati- groso para un Santo de los Últimos va del gran carácter que Wilford Días dejarse ver, y con frecuencia Woodruff probó ser, y prefigurando fueron preservados del populacho, su gran destino en la obra del Señor Después de cumplir dos años de en los últimos días. misión, asistiendo a la conversión y

El día 2 de enero de 1834, se orga- bautismo de muchas almas, el eider

nizó una rama en Richland, y el her- Woodruff (habiendo sido ordenado

mano Woodruff fué ordenado Maes- eider durante el período de su misión

tro. Siguiendo el consejo del herma- por el eider Warren Parrish) regre-

no Parley P. Pratt, que les había vi- a Kirtland, Ohio el otoño de 1836.

sitado, salió para Kirtland, donde En mayo de ese año, fué ordenado al

llegó el día 25 de abril de 1834. El segundo quorum de los Setenta por

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el Apóstol Patten y Warren Parrish. Fué ordenado con el eider George Allí recibió sus investiduras, en tan- A. Smith al Apostolado el día 26 d<i to que le fueron dadas en el Templo abril de 1839, en el sitio del Templo, de Kirtland, y asistió a la escuela, por el Presidente Brigham Youn^ El día 13 de abril se casó con Phebe asistido por otros miembros de lo*. W. Cárter del estado de Maine. Po- Doce. Después de regresar de Mi- cos días después recibió una notable ssouri, mudó su familia a Montrosr , bendición patriarcal, bajo las manos Jowa, donde fue atacado severamen- del Patriarca José Smith, Padre, en te por escalofríos y calenturas. Toda- la cual se predijo muy claramente vía enfermo, el día 8 de agosto de gran parte de su vida futura. 1839, salió a su misión a Inglaterra En mayo de 1837, salió a una misión dejando a su esposa enferma, y co- a las Islas Fox. E) 20 de agosto de mo todas las familias de los Doce, en 1837 él y Jonathan H. Hale llegaron circunstancias ajenas a las necesida- a North Fox Island, donde inmedia- des temporales.

tamente comenzaron a predicar el Durante su estancia en Inglaterra, Evangelio. El primer fruto de sus la- el adversario hizo desesperados es- bores fué la conversión de Justin fuerzos para impedir el progreso de Eames, capitán de barco, y su espo- los eideres en su ministerio. En un sa, quienes se bautizaron el día 3 de tiempo los espíritus malignos ataca- septiembre, siendo los primeros en ron a los apóstoles Woodruff y Smitii recibir el Evangelio en esta dispensa- físicamente, cuando por el ejercicio ción, en una isla del mar. Desde que de la fe y la autoridad de Dios, los fue inaugurada esa misión, las islas espíritus se alejaron. El hermano del mar han dado muchas almas al Woodruff los vio tan claramente co- rebaño del Buen Pastor. mo podía ver a las personas de car- Trabajando en el pueblo de North. ne y hueso. Después de una misión Vinal Haven, el 9 de agosto de 1838 muy próspera, regresó a América, recibió una comunicación oficial de llegando a Nueva York el día 20 de Thomas B. Marsh, Presidente de los mayo de 1841.

Doce, declarando que él había sido En la primavera de 1844, el éldcr llamado por revelación a tomar el Woodruff fué llamado a otra misión Apostolado, y ocupar un lugar en el a los Estados del Este. Ya en camino Concilio de los Doce. Y así sus tem- a la tierra de su misión, supo del pranos sueños de días Apostólicos martirio de José y Hyrum. Inmedia- llegaban a ser una realidad, siendo tamente fué a Boston, se congrego él uno de los Apóstoles. Le pidieron en concilio con los Doce, y fué con que regresara a Far West, Missouri, ellos a Nauvoo, donde llegó el día G tan pronto como pudiera arreglar sus ele agosto de 1844, y tomó parte con asuntos. Le recomendaron que se pre- sus hermanos de los Doce al presidir parara para llevar el Evangelio a la sobre los asuntos de la Iglesia. Gran Bretaña con sus asociados, los El día 12 de agosto de 1844, lia- Doce, al año siguiente. Siguió las di- marón al apóstol Woodruff para pre- recciones, y en su primera experien- sidir sobre la Misión en Bretaña, cia de migración, llevó a todos los partiendo de Nauvoo el 28 de agos- Santos de las Islas Fox al estado de to de 1844 y llegando a Liverpool el Illinois a congregarse con los demás 3 de enero de 1845. Presidió con ha- Santos. En la primavera mudó su fa- bilidad y mucha industria sobre la milia a Quincy, Illinois y de allí acompañó a los Doce a Far West. (Continúa en la pág. 325)

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fiama de, £oJ Angeteó

de la YHULán Hiá,p,ano-Ame>iicGna

Parte de la Rama de Los Angeles

La Rama de Los Angeles es una de las más grandes y más sobresa- lientes de la Misión Hispano Ameri- cana — bajo el hábil y eficaz direc- ción de su Presidencia de Rama

> (Pres. Guillermo Smith, Primer Con- sejero Baltazar Smith, Segundo Con- sejero McKay L. Pratt), la Rama, sumando aproximada mente 250 miembros está llevando a cabo las actividades con éxito. Cada una de las organizaciones auxiliares de la

Rama está completamente organiza- da con oficiales de entre sus propios miembros.

El éxito de cualquiera Rama de- pende de su dirección y la de sus di-

ferentes auxiliares. A este respeto la Rama de Los Angeles tiene una po- sición muy enviable. La Presidencia no solamente está despierta y alerta a las necesidades de la Rama, sino que también ha tenido éxito en el desarrollo y la selección de líderes competentes y despiertos para cada una de sus organizaciones auxiliares. Uno de los eventos de la última conferencia efectuada en Los Ange- les, cuando el Presidente y la herma- na Jones llevaron a los eideres Héc- tor Spencer y Reed Hollist a Los An- geles para abrir el trabajo después de más de un año de estar sin misio- neros, fué una comida dada por los

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oficiales de la Rama en honor de los oficiales visitantes. Esto se efectuó en Clifton's, uno de los cafés más de moda en la ciudad. Después de la comida el Presidente Guillermo Smith condujo y dirigió la discusión de la noche que se centraba en los proble- mas de la Rama y sugestiones para el mejoramiento de los varios pro- gramas auxiliares. La participación en la discusión de todos los oficiales en asistencia claramente indicó que to- dos estaban sumamente interesados en ver a la Rama de Los Angeles lle- gar a la cima de todas las ramas de la Iglesia en eficiencia.

El Presidente de Rama Smith dio énfasis a dos proyectos que se están desarrollando en estos días por la Rama. El uno es el jardín de bienes- tar en que están creciendo alimentos para enlatar, almacenar o distribuir entre los pobres por medio del pro- grama de Bienestar de la Iglesia. Se- gún el reporte del Presidente Smith este proyecto está progresando de una manera excelente bajo la direc- ción capaz del Segundo Consejero McKay L. Pratt, que ha tenido mu- cha experiencia en tales trabajos.

Otro proyecto mencionado por el Presidente Smith fué el de engrande- cer la Capilla para acomodar el nú- mero creciente de miembros y pro- veer espacio para la grande Sociedad de Socorro de la cual la Rama justa- mente tiene orgullo. La Rama está levantando un fondo de $2,500.00 a $3,00.00 (U. S. Cy.) como su porción del costo total del engrandecimiento de la capilla. El programa de en- grandecimiento contempla la adición de un cuarto grande para la Socie- dad de Socorro con almacén para permitir el desarrollo de un progra- ma de bienestar merecedor del es- fuerzo, también para el engrandeci- miento de la capilla misma para pro- veer capacidad para que todos los miembros se sienten.

Las sesiones de la Conferencia se llevaron a cabo el domingo después de la sesión de la Escuela Dominical. El culto de oficiales y maestros ve- rificado a las 9:40 a.m. fué asistido por 22 oficiales y maestros. La pri- mera sesión de la conferencia tuvo una asistencia tan grande que no podían acomodar a todos en la capi- lla propia, y se hicieron arreglos pa- ra sentar a gran número en la sal. i de recreación.

Al mediodía las hermanas de la Saciedad de Socorro sirvieron un lon- che delicioso y la mayoría de los miem- bros se quedaron para estar listos para la sesión de la tarde. Los cultos - de Sociedad de Socorro y Sacerdocio verificados después de la sesión de conferencia fueron muy bien asisti- dos, como lo fué el culto de la no- che.

Uno de los eventos sobresalientes de la conferencia fué el servicio bau- " tismal efectuado inmediatamente des- pués de la primera sesión de confe- rencia. Los nueve candidatos para el bautismo vestidos de blanco ocupa- ron lugar prominente en el foro du- rante esa sesión de conferencia.

Otro logro sobresaliente fué el he- cho de que la conferencia se llevó a ., cabo enteramente sin la asistencia de misioneros o miembros anglo-ameri- canos. Varios hermosos números mu- sicales fueron ejecutados por miem- bros de la Rama.

Los predicadores en las tres sesio- nes de conferencia consistieron de el A, Presidente de la misión, su esposa (la madre de la misión), los eideres Spencer y Hollist, la Presidencia de la Rama, Presidente pasado Juan R. 1 González y miembros que habían asistido a la conferencia general de Salt Lake City en abril. ,

El tema general de la conferencia fué el mismo que el de la conferen- cia general en Salt Lake City, es de- I cir, la obra misionera y la del Plan

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de Bienestar. Sermones excelentes fueron dados y todos los asistentes parecían haber gozado mucho espiri- tualmente por haber asistido.

La Rama de Los Angeles ha teni- do un misionero en el campo por al- gún tiempo ya. La hermana María Muro completó una misión hace me- nos de un año, y en diciembre la hermana Celestina Villalobos, tam- bién de Los Angeles, entró a la mi- sión. Después de la conferencia la Presidencia de la Rama dio a la mi- sión un fondo de más de ciento cin- cuenta dólares para ayudar a pagar los gastos de misioneros de habla-es- pañola necesitados.

La Presidencia de la Rama, los ofi- ciales y maestros de los auxiliares y los miembros se deben alabar por el buen programa que se está llevando a cabo y el buen espíritu de coope- ración siendo mostrado por los miem- bros. Están demostrando en grado superior que para que una rama ten- ga éxito tiene que tener actividad en- tre sus miembros. Aprecian la ver- dad del dicho Mormón "La gloria de Dios es la inteligencia", y que "el hombre no se salva más pronto de lo que gana conocimiento".

Trad. por A. M. Pratt

(Viene de la pág. 322)

misión cerca de un año, cuando re- gresó a Nauvoo, al principio de 1846, a tiempo de participar con los San- tos en el gran éxodo al oeste. El her- mano Woodruff fué activo al ayudar a los Santos a emigrar, no solamente velando por la comodidad de él y su familia, sino por el bienestar de sus hermanos y hermanas.

A principios de 1847 se reunió a la compañía de peregrinos que con- sistía de 140 hombres y jóvenes y tres mujeres. Después de dura jor- nada entraron al valle del Lago Sa- lado el día 24 de julio de 1847 un día inolvidable que debe ser venera- rado por los Santos con regocijo.

En la construcción de Sión, el her- mano Woodruff trabajó corporal co- mo mentalmente. Muchos hombres menores de edad que él, no eran tan buenos como él para la ejecución de trabajos pesados. Ninguna clase de trabajo, sin importarle lo duro o in- deseable, siendo honorable a la vista de Dios, se la pidió a otro hombre que lo hiciese si él no lo haría. Hizo zan- jas, regó y podó los árboles y arbus- tos de su huerta, hizo caminos, cons- truyó puentes, cargó leña del cañón, hizo adobes, y toda clase de trabajo manual que se le presentó. No había ningún pensamiento descuidado en su cerebro, ningún sentimiento inútil o impuro en su corazón, ningún hueso ocioso o gota de sangre floja en su cuerpo. Era honesto, modesto, fiel e industrioso. Había sido designado en los días de José como "Wilford el Fiel". Mereció tal título, y lo mantu- vo hasta el fin. Su industria era par- te tan conspicua de su ser que cuan- do, a la edad de noventa años, uno de sus nietos le exceló por muy poco en cavar unos vegetales en el jardín, dijo con un poquito de mortificación: "Pues es la primera vez en mi vida que uno de mis hijos jamás me haya sobrepasado en el cavar".

Cuando Juan Taylor sucedió a la Presidencia de la Iglesia, el eider Wilford Woodruff llegó a ser el Pre- sidente de los Doce Apóstoles, lugar que ocupó con honor. Subsecuente 9 la muerte del Presidente Taylor, en 1889, él llegó a ser Presidente, Pro- feta, Vidente, y Revelador a la Igle- sia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

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El Presidente Woodruff muy interesado en la salvación de los

muertos. Combinando las obras a la fe, consiguió de Nueva ínglaterra riucha información genealógica con- cerniente a sus antepasados, y para la salvación de ellos, él obraba en el Templo. Cerca de este tiempo, uno <ie sus mejores lujos y más espiritua- les, Brigham Y. Woodruff, se ahogó en el Rio Bear, Cache Valley. El her- mano Woodruff, teniendo una gran ilusión en el futuro de su hijo, se puso muy triste a causa de su muer- te. Aunque nunca murmuró del To- dopoderoso, preguntó al Señor, que- riendo saber por qué sucedía así. El Señor le reveló que, en tanto que es- taba haciendo una obra tan extensa en el Templo para los muertos, ne- cesitaban a su hijo Brigham en el mundo espiritual para predicar el Evangelio y trabajar entre los pa- rientes que allí estaban. Recibió se- mejante manifestación después de la muerte del apóstol Abraham H. Can- non.

El presidente Woodruff hizo mu- cho para animar la causa de educa- ción secular y de la Iglesia, fungien- do, como fideicomisario, apropiacio- nes tan liberales como la Iglesia po- día aguantar, para sostener las aca- demias de Estacas y otras escuelas de la I g 1 e s i a. En 1890 el Presidente Woodruff dio el manifiesto, respecto a la suspensión de matrimonios plu- rales en los Estados Unidos, y des- pués el discurso que enseña que les hombres llamados a poner todo su tiempo en el ministerio, no deben en- trar en la política, para la negligen- cia de su llamamiento espiritual sin ser primero correctamente relevados para ese propósito. Hasta su muerte fué el Presidente de la organización instituida por el Presidente Brigham Young, y conocida como la Asocia- ción de Mejoramiento Mutuo de Jó- venes. Mostró gran amor por la ju-

I capacidad, fué gran-

demente amado y respetado por

ellos.

Durante los últimos años de su vi- da, fué víctima de insomnio, y sionalmente fué a la costa del i Pico donde podía dormir mejor, pero hasta aliviarse. Durante una de estas visitas empeoró y partió d< ta vida el 2 de septiembre de 1898. Una porción de su familia y el Presi- dente Cannon estaban a su lado. Su cuerpo fué llevado a su hogar para ser sepultado, los servicios fúnebres tuvieron lugar el 9 de septiembre, en p1 gran Tabernáculo, de Salt Lake City, y fué asistido por varios milla- res de personas, y las autoridades generales de la Iglesia. Dejó una es- timable familia de esposas e hijos quienes se lamentaron de su partida, pero no estaban solos en su priva- ción, porque huestes de personas c on o c í a n y amaban al presidente Woodruff como Profeta de Dios, hu- milde, honesto, recto hombre de Dios.

La belleza que cautiva los ojos es sólo momentáneo hechizo ; los ojos del cuerpo no son siempre los ojos del alma. George Sand.

Hemos nacido para perder y pe- recer, para eserar y temer, para ve- jarnos a nosotros mismos y a los de- más y no hay antídoto contra esas calamidades más que la virtud, por- que la base de la verdadera alegría está en la conciencia. Séneca.

Si crees que puedes ser grande hombre encerrándote en tus libros, sólo conseguirás tu ruina. No puedes soñar en ser un carácter si no te for- jas a ti mismo en la acción. Freude.

No hay secreto de nuestro corazón que nuestras acciones no descubran. Moliere.

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Qo-nfatteneia cíe ía PMmaúa

Tomado de "The Deseret News"

Declarando que "el mundo anti- guo ya se ha desvanecido", y que es la tarea de los maestros de la Igle- sia "preparar a nuestros hijos y a li gente para vivir en un nuevo cielo y en un mundo nuevo", así se desarro- lló el tema por aquellos que toma- ron la palabra en la primera sesión de la convención general de las tra- bajadoras de la Primaria, que se rea- lizó en el Tabernáculo en Salt Lake Citv, Utah, el día 8 de junio de 1946.

Los que hablaron fueron el Presi- dente Jorge F. Richards y el Eider Harold B. Lee, del Concilio de los Doce, y el Doctor Lynn M. Bénnion, Superintendente de las escuelas en Salt Lake City.

Las sesiones de la cuadragésima convención anual de la Asociación de la Primaria fueron dirigidas por la Presidenta Adela Cannon Howells y sus consejeras LaVern W. Parmley y Dessie G. Boyle.

La Presidenta Howells dio la bien- venida a las trabajadoras en un bre- ve discurso de inspiración y de su- gestiones provechosas, incitándolas a un empeño aumentado, encargándo- las con la responsabilidad del ejem- plo propio y de enseñanzas a fin de que la Primaria cumpla con su obli- gación para con la juventud de la Iglesia.

La música fué rendida por un co- ro de los Home Builders y Trail Buil- ders de las Estacas de Liberty, Park, Granite, Sugar House, Wells, y High- land. El organista del Tabernáculo, Alexander Schreiner, tocó el órgano y rindió un sólo, tanto como música devota.

Las oraciones fueron ofrecidas por LaVern W. Parmley, Primera Conse- jera, y Mary Olsen, Presidente de la

Jesucristo Bendiciendo A Los Niños.

Asociación de la Primaria de la Es- taca de Salt Lake.

El Presidente George F. Richards del Concilio de los Doce, quién res- pondió brevemente como el predica- dor concluyente, proclamó que 1? obra de la Primaria "es una obra gloriosa en que están ocupadas en cuidar de la herencia de Dios a los padres en Sión". El caracterizaba a las maestras de la Primaria como "pastores del rebaño" y les recordó de su responsabilidad de promover y alimentar propiamente a los niños pequeños con la palabra de Dios de tal manera que sean capaces de evi- tar el mal. Les aconsejó a que fue- ran caritativas y que ayudaran a los maliciosos para que los tales se re- formaran. (Continúa en la pág. 346)

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TlaiiateJto de &uúdencia

pxi-h, ^aá,epA JUetdincf, £müfí

(Discurso pronunciado por radio el domingo *J7 « l«» agosto de 1944 por la estación KSL de Salt Lakc City, Utah).

El Dr. Guillermo Paley, arcedia- no, de Carlisle (Inglaterra), en 17!) 1 publicó un libro sobre "Evidencias del Cristianismo". El editor de este libro, hablando de ello, dijo:

"Era admirablemente adaptado pa- ra encontrar el torrente de irreligión y blasfemia, que entonces estaba apurándose a demostrar, en días que rápidamente se acercaban de la Re- volución Francesa*' sus melancólicos y a la vez. legítimos frutos. La duda entonces se consideraba pueril en la política, pero filosófica en la religión: de modo que la apariencia del escep- ticismo estaba de moda con los doc- tos, e imitado, como cosa natural, por los que saben cosas a medias y el vulgo.

"Mientras Paley recogía sus prue- bas, y arreglaba su material, un cuer- por de infieles con talento estaba trabajando activamente, abierta co- mo secretamente, atacando las obras exteriores, no, hasta la misma ciuda- dela de la religión cristiana. Hume no había estado muchos años en su sepulcro, y Voltaire aún menos, cuando Paley publicó su obra. Tom Paine estaba en ascendencia entre su secta, y aprovechaba su popula- ridad al tiempo de su publicación; mientras que Gibbson, el historiador sarcástico de Roma, descendió a su sepulcro el mismo año que apareció el libro.

"El valor del piloto se conoce me- jor en la tormenta ; de modo que los

aman! es del Cristianismo, los humil- des, los ancioBOS, y los devotos, esta- ban, en consecuencia, deleitados, en tal período, con esta espléndida, in- contestable obra, La blasfemia e irre- ligión estaban confundidas si no avergonzadas \ ni un infiel se podía encontrar lo suficiente fuerte para tratar de producir una contestación. Desde ese día el esceticismo empe- zó a estar ya no tan de moda; poi- que Paley había mostrado, en lengua- je sencillo y popular, que además de no ser razonable, ni siquiera era plausible".

ARGUMENTOS ACEPTADOS

Los argumentos del Dr. Paley has- ta este día generalmente se aceptan en el mundo cristiano como incontes- tables. Es mi propósito en este dis- curso mostrar que todos los argu- mentos propuestos por este eminente escolar en defensa de nuestro Reden- tor y sus discípulos, pueden aplicar- se con igual fuerza a la misión de José Smith y sus asociados.

La tesis de su libro se basa sobre las dos siguientes proposiciones :

1. "Que hay evidencia satisfacto- ria, que muchos profesando ser los testigos originales de los milagros cristianos, pasaron sus vidas en tra- bajos, peligros, y sufrimientos, pa- sadas voluntariamente por los relatos que hacían y únicamente a conse- cuencia de su creencia en esos rela- tos; y que también se sometieron, por los mismos motivos, a nuevas reglas de conducta.

2. "Que no hay evidencia satisfac- toria, que las personas que profesan

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ser testigos originales de otros mila- gros, en su naturaleza son tan segu- ros como estos, jamás se hayan por- tado de la misma manera, en rela- ción a los relatos que hacían, y pro- piamente en consecuencia de su creencia en esos relatos".

Por el momento deseo expresarme a todos los que no creen en José Smith y que estén escuchando mis palabras. ¿Habéis leído la defensa del Dr. Paley? ¿Creéis sus argu- mentos firmes como aplicados a nues- tro Salvador y sus discípulos? Este argumento ha soportado la prueba por ciento cincuenta años. ¿Me ha- réis el favor de aplicar la misma prueba a la obra de José Smith y sus asociados, sin prejuicio y con mente pbierta? Estoy firmemente convenci- do que una persona no puede acep- tar la evidencia como se aplica a la misión de Jesucristo y negar que no es igualmente eficaz en el caso de José Smith. Desde este punto, pro- pongo mostrar el paralelo armonioso de la evidencia.

Primero demos atención a una ob- servación hecha por el Dr. Paley en su introducción. Dice él :

"Considero innecesario probar que el ser humano tuvo necesidad de la revelación, porque no me he encon- trado con ninguna persona que piense que, aún bajo la revelación cristia- na, tenemos demasiada luz o cual- quier grado de seguridad .que sea su- perflua". Era suficientemente liberal para realizar que la Biblia no conte- nía toda la palabra de Dios.

PRIMER PUNTO

El primer punto por considerarse en la discusión es la declaración de que la religión cristiana vino de una manera milagrosa por visita de án- geles, y que se encontraba en con- flicto con las doctrinas prevalecien- tes del tiempo. Además, que la doc- trina del Cristianismo era tan opues- ta a las tradiciones y prácticas del

tiempo, y tan contraria a los muchos credos, que podría traer a sus segui- dores solo la oposición más amarga. La misma cosa es verdad de José Smith. No podía esperarse la aproba- ción popular de sus enseñanzas y la proclamación de sus visiones, senci- llamente porque, como las enseñan- zas de Jesús, lo que enseñaba vino en conflicto con las tradiciones y prácticas de muchos siglos. En los úl- timos doscientos años, han nacido un gran número de organizaciones reli- giosas, pero ninguna menos la Iglesia ue Jesucristo de los Santos de los Ul- timos Días, vino milagrosamente. Ninguna otra, solo esta iglesia recla- mó que su organización vino por nue- va revelación mediante la ministra- ción de ángeles. Ninguno reclamaba autoridad divina enviada por man- damiento del Señor. Sus enseñanzas, en su mayoría, no tenían conflicto se- rio con los credos establecidos. No tra- taban de presentar ningún obstáculo a las religiones que encontraban. To- das las religiones se recibieron entre los grandes cuerpos combatientes co- mo cosa natural. Podemos presumir que lo mismo era verdad en los días ce nuestro Señor. Los Fariseos, Sadu- ceos, Esenianos, y otras sectas del día, vivían más o menos en paz, a Id menos se toleraban el uno al otro ; pero cuando la verdadera revelación vino milagrosamente mediante la ma- nifestación de los cielos, con doctri- nas que estaban en conflicto con las sectas del día, la persecución, la amargura y el odio, aún hasta el ase- sinato se manifestaron contra la ex- traña religión. Así sucedió con José Smith en el siglo diesinueve.

El Dr. Paley dice, para soportar su primera proposición, "dos puntos son necesarios: Primero, que el Funda- dor de la institución, sus asociados y seguidores inmediatos, actuaban en la parte que la proposición les impu- ta: Segundo, que lo hicieron en ates-

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lación de la historia milagrosa regis- trada en nuestras Escrituras y sola- mente en consecuencia de su creen- cia en la verdad de esta historia . . . A parece poco menos que se- guro que, si el primer anuncio de la religión por el Fundador no hubiera sido seguido por el fervor y la indus- tria de sus discípulos, el esfuerzo ten- dría que haber muerto en su naci- miento. Entonces en cuanto a la clase y el grado de esfuerzo que se usaba, y el modo de vida a que estas perso- nas se sometieron, razonablemente lo suponemos igual al que se observó en lodos los otros que voluntariamente fueron misioneros de una nueva fe. La predicación frecuente, honesta, y laboriosa, constantemente conversan- do con personas religiosas sobre la religión, un secuestro de los placeres comunes y variadas de la vida, y la dedicación a un objeto serio, compu- sieron los hábitos de tales hombres. No digo que este modo de vida es sin gozo, pero que el gozo viene de sin- ceridad. Con un conocimiento que en el fondo había mentira, la fatiga y el refrenamiento llegaría a ser inso- portable. Estoy inclinado a creer que muy pocos hipócritas se ocupan en es- to; o como quiera no persisten en ello por mucho tiempo. Hablando ordinariamente, nada puede sobreve- nir a la indolencia del ser humano, el amor que es natural a la mayoría de temperamentos de sociedad jovial y escenas joviales, o el deseo, que es común a todos, de facilidad y liber- tad personal, mas que la convicción.

"Es también altamente probable, de la naturaleza del caso, que la pro- pagación de una nueva religión fué atendida con dificultad y peligro . . . De modo que los predicadores del Cristianismo tuvieron que contender con prejuicio apoyados por el poder".

El autor también apunta que las antiguas, o establecidas religiones de un paíz tienen muchos consagrados,

'ya veces no de menos, porque su origen está escondido en la distancia y la obscuridad. Ix)s hombres tienen una veneración natural para la anti- güedad, especialmente en los asuntos de religión".

Que una nueva religión aparezca, con doctrinas en conflicto con las en- señanzas prevalecientes, la oposición y la persecución inevitablemente si- guen. El Dr. Paley declara que el Cristianismo llegó a escena para en- i'rentarse todas estas condiciones, y su Fundador y sus discípulos estaban enteramente enterados de estos he- chos, y que no había nada para ellos al proclamar la nueva fe, mas que el odio y la oposición que era muy pro- bable llevaría a muchos de ellos a su muerte. Declara que nuestro Señor in- formó a sus discípulos que en vez de recibir el amor y los aplausos del mundo, recibirían su odio. Dijo Jesús a sus discípulos:

"Bienaventurados sois cuando os vi- tuperaren y os persiguieran y dije- ren de vosotros todo mal por mi cau- sa, mintiendo.

"Gózaos y alegraos; porque vues- tra merced es grande en los cielos: que así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros". (Ma- teo 5:11-12).

Con este entendimiento que les dio el Maestro, no podían buscar facili- dad ; no podían esperar la amistad del mundo. Sus nombres serían echa- dos fuera como maldad. Si amaban al mundo y los placeres y contenta- miento del mundo, entonces no te- ían lugar en su reino, porque tales cosas no se encontrarían allí. Se ha- cían tesoros en el cielo ; soportarían las dificultades, tumultos, las perse- cuciones, aún hasta la muerte, porque solo aquellos que permanecerían has- ta el fin serían salvos. Verdad es que había algunos que no soportaron las dificultades, y el odio, pero los ver-

( Continúa en la pág. 339)

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ílaWaciwizi JtveAca de, $a¿é iPtruíh

DEVOLVIENDO BONDAD POR que José se había ido a Dixon y por BRUTALIDAD "Bendecid a los que eso salieron para ese lugar. Encon- os maldicen, haced bien a los que os traron a José que regresaba a la re- aborrecen". Mateo 5:44. sidencia de Wasson, y al entregarla

La siguiente narración quedó con- el mensaje que llevaban, el Profeta

densada del relato del mismo Profe- dijo: "No tengo miedo, no saldré de

ta José Smith acerca del incidente aquí ; encontraré amigos y los Misu-

relatado, como quedó registrado en ríanos no me podrán dañar, y os digo

la Historia de la Iglesia, volumen esto en el nombre del Dios de Isra-

cinco. el".

El 13 de junio de 1843, José Smith, Estando la familia Wasson y sus junto con su esposa e hijos, salió de huéspedes sentados a la mesa, llega- Nauvoo, Illinois, entonces cabecera ron dos hombres en un carro pres- de la Iglesia, para visitar a la Sra. tado. Eran Joseph H. Reynolds, al- Wasson, hermana de la esposa de Jo- guacil del Condado de Jackson, Mis- sé, quien vivía cerca de Dixon, Conda- souri, y el condestable Jarman T. do de Lee, Illinois. Su visita requirió Wilson de Carthage, Illinois. Llega- una jornada de más de doscientas ron a la puerta diciendo que eran millas (más de 320 kilómetros). Eideres Mormones, que querían ver

A los cuatro días de haber partido al Hermano José. José estaba en el ellos a hacer su visita, llegó noticia patio detrás de la casa, caminando a Nauvoo de que el gobernador de hacia el establo cuando Wilson dio Illinois iba a dar orden para la de- la vuelta a la casa y le vio. El con- tención del Profeta, a petición del destable se acercó a José de una ma- gobernador de Missouri. En esa épo- ñera grosera y fuera de orden, y ca los fiscales de Missouri ansiaban acercándose Reynolds prendió al mucho capturar al Profeta y llevar- Profeta. Ambos oficiales apuntaron le de vuelta a aquel Estado. Eviden- con armas de fuego al pecho del Pro- temente sentían que no habían im- feta sin presentar orden de detención puesto suficiente castigo sobre el u oficio alguno. Reynolds exclamó con Profeta por los crímenes que no ha- una maldición profana: "¡Si te mué bía cometido. ves, dispararé; maldito seas; dispa-

Al recibir esa noticia, el hermano íaré si te mueves un solo centíme- del Profeta, Hyrum, mandó a Wi- tro !" Entonces repitió su desafío con lliam Clayton y a Stephen Markham más exclamaciones profanas, para que informaran a José acerca José, con calma preguntó: "¿Qué de las intenciones del gobernador, significa todo esto?". Eso fué para evitar que los Misuria- En contestación el alguacil repitió nos lograsen su propósito. Los ami- otra vez sus maldiciones y amenazas gos de José creían que si le llevasen Con esto José exclamó: "No tengo nuevamente a Missouri, tendría po- miedo de sus tiros; no tengo miedo cas probabilidades de regresar con de morir". Entonces desnudó su pe- vida, ya que los oficiales de aquel cno y les invitó a que disparasen, di- estado estaban contra él. ciendo: "He aguantado tanta opre-

Los señores Clayton y Markham sión que estoy cansado de la vida;

llegaron a la residencia de la fami- mátenme si quieren. Aparte de eso,

lia Wasson el día 21. Allí supieron soy hombre fuerte y con mis armas

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naturales podría allanarles a los dos si quisiera hacerlo; mas si tienen al- guna orden oficial que presentar, es- toy siempre sujeto a la ley y no re- sistiré". Otra vez Reynolds gritó sus amenazas blasfemas y José otra ve/ contestó: "¡Disparen; no tengo mie- do a sus pistolas!".

En ese momento Stephen Markham caminó deliberadamente hacia los tres. Cuando los oficiales vieron que se acercaban tornaron sus armas d*»l Profeta y las apuntaron hacia él, amenazándole de muerte si se acer- caba más; mas no hizo caso de sus amenazas y siguió caminando hacia ellos. Entonces apuntaron sus armas otra vez al Profeta y las clavaron en sus costillas, con sus dedos en los ga- tillos. Dieron orden a Markham a que se detuviese o atravesarían al Profeta con sus balas.

Al continuar Markham su avance, José exclamó: "¿No resistirá usted a los oficiales, hermano Markham, no es cierto?" El respondió: "No los re- sistiré si en realidad son oficiales".

Los oficiales pusieron al Profeta en el carro con la intención de salir sin darle tiempo de despedirse de su fa- milia y de sus amigos, o aun de bus- car su sombrero y ropa. Protestó él contra de eso y dijo: "Caballeros, si tienen algún proceso legal en mi con- tra, deseo obtener un acta de "Ha- beas corpus". Con maldiciones le fué dicho que no sería posible. Siguieron amenazándole con sus armas. El tuvo la paciencia de un Santo para podei aguantar semejante brutalidad. Si hubiera sido él tan peligroso como lo pretendían sus enemigos, un hombre poderoso como él no hubiera aguan* tado por un momento tales tratos.

El amigo del Profeta, Markham, otra vez mostró su valor, cogiendo los caballos por las bridas y dete- niéndolas mientras la esposa de José llevaba su abrigo y su sombrero. Por

ese acto fué insultado y amenazado por los oficiales.

De casualidad pasó cerca un hom- bre y José le dijo: "Estos hombre, me están secuestrando" y yo quiero un acta de 'Habeas corpus' para que me libre de sus manos". El hombi- no demostró ningún interés en ir, y con eso el Profeta le pidió al señor Markham que fuera a Dixon. Los en- demoniados que tenían a José como prisionero también salieron para el mismo lugar, golpeándole constante- mente por el camino. Al llegar ellos

y.r" •»•»

Le secuestraron, siendo inocente.

a una taberna, José fué arrojado a una pieza y fué vigilado sin que na- die pudiera verle, mientras buscaron unos caballos menos cansados para continuar el viaje.

El prisionero otra vez demandó que le permitieran buscar consejo le- gal, mas le fué negado de la misma manera de antes y fué amenazado con la muerte.

"¿Porqué tiene que suceder esto tan amenudo?" preguntó el Profeta. "¡Repetidas veces les he dicho que disparasen y les digo otra vez lo mismo !"-.

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El maltratado prisionero vio a un hombre pasar por la ventana y le gritó : "Estoy falsamente detenido aquí y quiero un abogado".

Un abogado vino pero le cerraron la puerta en la cara y le amenazaron con la muerte si se acercaba más. Más tarde vino otro abogado y reci- bió un trato semejante al dispensa- do al primero, pero con eso se em- pezó considerable movimiento y ex- citación.

El motivo de la excitación fué da- do a conocer al señor Dixon, dueño de la casa, y él, junto con sus amigos acudió al lugar. A Reynolds le dieron a entender que si así manejaban sus asuntos en Missouri, había de enten- der que los métodos de Dixon eran etros. Le dijeron además, que no le sería posible llevar al prisionero sin concederle un juicio justo ; y que si persistía en su presente curso, vería ouc ellos tenían un método muy in- formal para tratar á los tales.

El señor Reynolds, viendo que era inútil resistir más, permitió que los dos abogados entraran al cuarto don- de tenían a José.

Wilson y Reynolds fueron deteni- dos por amenazar la vida del señor Markham y por otras violaciones a la ley.

El día siguiente José arregló para oue mandaran decir a sus amigos en Nauvoo lo que había sucedido, pi- diéndoles a ellos ayuda.

Los oficiales que tenían a José pre- so fueron otra vez arrestados v pues- tos bajo fianza de diez mil dólares; y fué necesario que mandasen a Mi- ssouri para poder conseguir que al- guien les diera la fianza. El Profeta fue prisionero de ellos, según ellos, pero ellos también quedaron deteni- dos bajo la vigilancia del alguacil del condado de Lee.

Después fué llevado José por sus captores al Bosque de Pawpaw, a unas treinta y dos millas de Dixon.

La noticia de su llegada pronto cir- culó y los ciudadanos que se junta- ron tenían deseos de oír al Profeta predicar. Reynolds se opuso, dicien- do que José era su prisionero, y pidió a la gente que se retirara.

Un anciano que se llamaba David Town, se acercó a Reynolds y gol- peando su grueso bastón en el suelo exclamó: "Maldito e infernal vómito que eres, te enseñaremos como venir aquí para molestar a los caballeros. Siéntate hay (señaló un asiento muy bajo) y quédate quieto. No levantes la cabeza hasta que termine el Ge- neral Smith de hablar. Si nunca aprendiste los buenos modales en Mi- ssouri, te enseñaremos que la volun- tad de un azotador de negros escla- vos no será impuesta sobre un caba- llero. No puedes secuestrar a los hombres aquí aunque lo hagan en Missouri, y si tratas de hacerlo aquí hay un Comité en este bosque que juzgará tu caso, y, muy señor mío, es ol tribunal más alto de los Estados Unidos, porque de él no hay apela- ción".

El Misuriano quedó sentado en si- lencio y el Profeta se dirigió al au- ditorio por hora y media. "Mi liber- tad comenzó desde aquella hora", explicó el Profeta.

No es necesario seguir detallada- mente el movimiento de fise pequeño grupo de prisioneros y oficiales. Los secuestradores utilizaron cuantos me- dios estuvieron a su alcance para en- tregar a José en manos de otros Mi- surianos que habían ido a llevarle, en caso de que Revnolds fracasara. José también esperaba ansiosamente librarse de sus manos y regresar a Nauvoo. Su esposa e hijos ya habían salido para la casa bajo el cuidado de un sobrino de ella. Hubo dificul- tad nara conseguir que un juez ove- ra el caso, y por eso José y sus abo-

(Continúa en la pág. 347)

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MUJERES EN LA OBRA MISIONERA

Por Ivie H. Jones

En el número de junio de esta re- vista, discutimos brevemente la res- ponsabilidad tanto como las oportu- nidades que las mujeres de la Iglesia tienen para hacer obra misionera. Las hermanas de la Sociedad de So- corro que fielmente ejecutan sus de- beres como Maestras Visitantes cum- plen una misión definida, pero una oportunidad aún más grande está a nuestra puerta.

Cuando Cristo se apareció a María Magdalena en el jardín, después de su resurrección, le dijo que aún no había ascendido a su Padre. Pedro explica claramente a donde estaba durante ese tiempo. El dice, como es- tá registrada en I Pedro, capítulo 3, oue Cristo fué y predicó a los espíri- tus encarcelados; los cuales en otro tiempo fueron desobedientes, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, cuando se aparejaba el arca; en la cual pocas, es a saber, ocho personas fueron sal- vadas del diluvio que destruyó los habitantes de la faz de la tierra.

Nosotros creemos que el evangelio se está predicando a los que han ido antes, de la misma manera que Cris- to predicó el evangelio después de Su resurrección a las personas que vivieron en los días de Noé. Según las palabras del Maestro, el evangelio tiene que ser predicado a cada cria- tura y los que son bautizados serán salvos. El evangelio puede predicar- se a los que han partido antes pero

el bautismo y el matrimonio para la eternidad son ambas ordenanzas te- rrenales y tienen que efectuarse aquí en la tierra o ahora o durante el Mi- lenio. Las escrituras también indican claramente que el bautismo por los muertos era entendido por el pueblo en los días de Cristo. Pablo, como está registrado en 1 Corintios, Capí- tulo 15, versículo 29, hace una decla- ración que prueba esta teoría. "De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en nin- guna manera los muertos resucitan? ¿Por qué pues se bautizan por los muertos? ¿Y por qué nosotros peli- gramos a toda hora?"

Como miembros de la Iglesia, nos- otros creemos que hay personas que han fallecido que están tan anciosos de oír el mensaje del evangelio y en- trar a la Iglesia por las aguas del bau- tismo como los que están viviendo en- tre nosotros. No importa con qué faci- lidad acepten el evangelio, no pueden entrar en el Reino de Dios, como Cristo dijo a Nicodemo, sin que naz- can del agua. Ahora están fuera de este mundo, teniendo sus cuerpos mortales en el sepulcro, y dependen de nosotros para hacer esta obra vi- caria para ellos. ¿Entonces por qué peligramos a cada hora?

Mientras que la obra por los muer- tos se ha conducido en nuestros Tem- plos por más de cien años en esta dispensación, sin embargo compara- tivamente poco se ha hecho por nues- tro pueblo mexicano. Antes de tener nuestras ceremonias del Templo en idioma español, posiblemente había alguna excusa para tal negligencia nuestra para con nuestros antepasa- dos, pero no podemos esperar que el Señor nos perdone si continuamos demorándonos en cumplir con nues- tra obligación sagrada de hacer esta obra misionera.

(Continúa en la pág. 336)

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ACtKDOCK

MENSAJE DE LOS MAESTROS VI- SITANTES PARA SEPTIEMBRE DE 1946

"EL HOGAR"

El hogar es considerado como la habitación del hombre. Es de origen divino y es, por eso, una institución sagrada. El hogar por mucho tiempo se ha reconocido como el cimiento de la comunidad y nación. "En el amor del hogar el amor a la patria tiene su nacimiento".

La presente civilización es un pro* ducto del hogar, la escuela, y la igle- sia. De estas instituciones, el hogar es mucho más importante. McCu- llock, en su libro, Hogar, el Salvador de la Civilización, tiene esto que de- cir:

"De todos los factores que rodean al niño, o de cualquier otro, el ho- gar es el más poderoso, en verdad, tanto, que uno puede decir que el hogar o hace o daña el carácter. El niño desde el día de su nacimiento, por lo menos hasta los doce años, es dominado por las influencias del ho- gar, ya sean buenas o malas, que es- tá absolutamente imposibilitado para resistirlas". Una definida responsabili- dad descansa en los padres para pro- veer el hogar ideal- Mediante las facilidades del hogar todas las virtudes de una sociedad noble se desarrollan ; la raza huma- na se perpetua ; las fundaciones de carácter se construyen ; la industria se fomenta ; la riqueza se acumula ; el arte se cultiva ; y la religión se mantiene. Las enseñanzas en el ho- gar son el factor que casi determina el futuro de la mayoría de los hom-

bres. En los hogares donde se man- tienen altos ideales, los padres y no los maestros infundirán el cimiento del carácter, los principios de fruga- lidad, y fe en Dios en el corazón de sus hijos.

Desde el principio, la construcción de hogares ha sido uno de los objeti- vos mayores de esta Iglesia. Se con- sidera de tan vital importancia que se tiene por una institución perma- nente y que se espera que dure por la eternidad.

Las fuerzas malignas trabajan pa- ra destruir el santuario del hogar. Creyendo que el hogar puede forti- ficarse interiormente, la Iglesia re- comienda la organización de una "Noche de Hogar" semanariamente. Instrucción de la Primera Presi- dencia :

"Para este fin aconsejamos impe- riosamente la inauguración de una "Noche de Hogar" en toda la Igle- sia, durante este tiempo los padres pueden reunir a sus hijos e hijas a su alrededor en el hogar, para enseñar- les la palabra del Señor... Esta "No- che de Hogar" debe dedicarse a la oración, himnos, canciones, música instrumenta!, lectura escritura, tópi- cos de la familia, e instrucción espe- cífica sobre los principios del evan- gelio, y sobre los problemas éticos de la vida, tanto como los deberes y obligaciones de los hijos para con sus padres, el hogar, la iglesia, la so- ciedad, y la nación".

A las familias que tengan voluntad de adoptar este plan, les es dada una promesa :

"Si los Santos obedecen este con- sejo, prometemos que muy grandes bendiciones recibirán. El amor en el hogar y la obediencia a los padres aumentará. La fe se desarrollará en el corazón de la juventud de Israel, y ganarán poder para combatir las influencias y tentaciones m a 1 i g ñas que les persigan".

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&35

Debe recordarse que si la ense- ñanza que un niño debe recibir en el hogar se descuida, la Iglesia y la escuela no pueden de ninguna mane- ra compensar la pérdida. Los padres deben vivir en obediencia a la ad- monición divina, "Y también han de enseñar a sus hijos a orar, y de andar rectamente delante del Señor". (D. y C, 68:28).

Trad. por A. M. Pratt

$/j~oizda& de, Moea-Vía

(Viene de la pág. 334)

No solamente tenemos un porcen- taje más grande de miembros mexi- canos del sexo femenino en la Iglesia ahora, sino que nuestras hermanas, por su naturaleza, toman más híte- les en la obra del templo que los hombres. Ahora que el camino está abierto, nosotras, las hermanas, te- nemos una definida obra misionera que hacer. Como hermanas de la So- ciedad de Socorro estamos procuran- do prepararnos para este llamamien- to misionero, y solicitamos la coope- ración de cada hermana en las mi- siones de habla-española si pertene- cen o no a la Sociedad de Socorro.

A principios de mayo nuestra lec- ción de Teología fué sobre la genea- logía. Hicimcs mucho trabajo y gas- tos para preparar formas e instruc- ciones y nuestras hermanas de la So- ciedad de Socorro en efecto trabaja- ron en estas hojas genealógicas para familias. Estas se están mandando a la Oficina de Misión para que poda- rnos estudiar los problemas y com- pletar la información que es absolu- tamente necesaria antes de que pue- dan mandarse los nombres al Index Bureau en Salt Lake City y antes de

que pueda hacerse la obra en el tem- plo.

Como está anunciado por el Pre- sidente Jones en su mensaje publi- cado en este número, las fechas para las sesiones del Templo en español se han fijado para noviembre de 19 16. Se han mandado muy pocos nombres mexicanos a la oficina. Queremos recordarles que estos re- gistros tienen que pasar por el Index Bureau antes de que pueda hacerse la obra para sus muertos. Los miem- bros de la Iglesia en toda la tierra están tan anciosos de hacer personal- mente la obra para sus propios an- tepasados, que entendemos que qui- zá no habrá nombres para nosotros si no tenemos los nuestros.

También queremos recordarles que aunque no puedan ustedes mismos ir al Templo, no se les releva entera- mente de la oportunidad o la obli- gación de hacer la obra misionera mediante la busca de los registros de sus antepasados, que ellos también s,e puedan regocijar con ustedes en el Evangelio Restaurado y darles las gracias por haberles abierto la puer- ta por la cual puedan entrar al Reino Celestial.

Trad. por A. M. Pratt.

Todos pueden tener, si quieren, una vida gloriosa o la tumba. Her- bert.

La adversidad tiene el don de des- pertar talentos que en la prosperidad hubiesen permanecido durmiendo. Horacio.

Cuando nuestro mal moral nos es conocido es necesario que sepamos curar nuestra alma como curamos nuestro brazo o nuestra pierna. Napoleón.

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8t 13 dt )7latya< $)ía de ¿a Buena ¿Puente

El Eider Reed M. HolHst

EL 13 DE MARZO DÍA DE BUENA _ SUERTE

El día 13 ciertamente no fué día de mala suerte para el eider Reed M. Hollist, hijo de William D. y Sarah C. Orme Hollist de Tetón, Idaho.

"He trabajado en el Sacerdocio", dijo el eider Hollist, "con una ora- ción constante de que algún día se- ría digno de ser ordenado Setenta. Fui Presidente del Quorum de Diá- conos, Presidente de los Quorums de Maestros y Presbíteros, y fui el Pri- mer Consejero en el Quorum de los Eideres. He sido Maestro de Explo- rados y Segundo Asistente al Supe- rintendente de la Escuela Dominica],

y en todo he sentido que mi gozo se- ría completo cuando pudiera ser un Setenta.

"Al crecer y estudiar el Evangelio, quise salir de misionero, y oré por que pudiera ser en la Misión Hispa- no Americana, y entonces, como todo verdadero joven Santo de los Últi- mos Días, miré hacia el tiempo en. que podría casarme en el Templo con. una buena señorita miembro de la Iglesia. Pero poco pensaba que to- das estas bendiciones me serían da- das a la vez.

"El 13 de marzo de 1946 fui apar- tado para mi misión y ordenado Se- tenta bajo las manos del eider Levi Edgar Young, y ese mismo día el Pre- sidente Joseph Fielding Smith del Templo de Lago Salado me casó con la señorita Beth Hemsley, cuyo sueño ele una misión también se cumplirá, pues viene a estar conmigo durante los últimos seis meses de mi misión.

"Mi primer compañero es el eider Héctor Spencer, y abriremos de nue- vo el trabajo en Los Angeles después de un año y medio sin misioneros en esa ciudad.

"Seguramente el Señor ha sido bondadoso conmigo, y el 13 de marzo fué mi día de buena suerte".

Trad. por A. M. Pratt

Sólo la abundancia de riquezas es- pirituales aprovecha aun a la vida material. A. Mañero.

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SECCIÓN DEL HOGAR

fLM Bidé U. fyonzd £ft el Quidada de la Ro-fia

Las amas de casa en toda la tierra lian aprendido mucho a cerca del cuidado de la ropa. Hemos aprendi- do a como limpiar correctamente los diferentes tipos de telas; hemos apren- dido que los algodones y linos son de tratamiento duro, pero que los ma- teriales de lana nunca deben fregar- se, ni con las manos. Hemos aprendi- do que a causa de la construcción pe- culiar de las delicadas fibras de lana oue vienen del borrego, tenemos que tratarles con sumo cuidado. Si pudié- ramos ver las fibras de lana bajo el microscopio veríamos pequeñas esca- mas como de pescado. Estas se abren y toman humedad del aire y cuando están mojadas se ponen muy pesadas y se quiebran fácilmente si se friegan o se tuercen. Hemos aprendido a co- mo quitar manchas de tinta, grasa, sangre, huevo, y fruta, de la ropa, pero cuando llegaba a olores y man- chas de transpiración o sudor, he- mos tenido que decir, "No sabemos que hacer".

El sudor del cuerpo es responsable de que la ropa por valor de miles de dólares se tire anualmente. Una pie- za de ropa puede estar en buena condición y tener una mancha, estar descolorida, o tener un olor malo a causa del sudor excesivo, de modo que ya no puede usarse como una pie- za de ropa mejor.

Los especialistas en ropa del De- partamento de Agricultura de los Es- tados Unidos acaban de completar unas pruebas extensas y los resulta- dos, como fueron publicados el 12 de lunio de 1946, verdaderamente son un ayuda para el ama de casa, por- que le ayudará a ahorrar mucho di- nero en ropa.

Es natural que las personas suden. Este es el sistema de la naturaleza para limpiar el cuerpo de algunas de sus impurezas, pero cuando las perso- nas sudan excesivamente e s p e c i al- íñente en los sobacos, llega a ser ver- gonzoso, tanto como perjudicial y destructivo a toda clase de tela. A menudo las señoritas jóvenes sudan excesivamente en un baile y echan a perder un hermoso traje de baile, de modo que ellas también se deleitarán en las buenas noticias.

El tratamiento no es difícil, requi- riendo solo una poca de química. El sudor del cuerpo generalmente es ácido. Las manchas deben tratarse in- mediatamente con un álcali para contrarestar la acidez.

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PARA TRATAR MANCHAS

¥ Humedéscase la mancha con agua y entonces sosténgase por unos minu- tos arriba de los vapores de una bo- tella de agua de amoniaco. (Esto ciertamente es sencillo y debe mere- cer procurarse). Si la tela es algo- dón, lino u otra tela que no se man-

t che con agua, el amoniaco puede mezclarse con el agua, usando una •*cucharadita de agua fría con una de agua de amoniaco. Apliqúense unas cuantas gotas en la mancha y enton- ces enjuagúeselo bien en agua clara. El agua de amoniaco afecta a algu-

^ nos tintes, dice el Departamento, de modo que debe tenerse vinagre blan- deo a la mano para aplicar inmediata- mente para parar la acción del álca- li si la tela empieza a cambiar de co- lor.

* LAS MANCHAS VIEJAS SON MAS DIFÍCILES PARA QUITAR

Las manchas de sudor que se han dejado por algún tiempo muchas ve- . ves cambian de ácido a álcali. Si la mancha no responde al tratamiento de amoniaco, limpiando con vinagre blanco a menudo restaurará el color.

LAS MANCHAS AMARILLAS DE SUDOR EN TELA BLANCA

A veces la mancha se desvanecerá cuando se lave la pieza de ropa con agua y jabón y se cuelgue al sol pa- ' ra enflaquecer. Para manchas amari- llas obstinadas, limpíese con un poco *de hidrógeno peróxido.

OLORES MALOS

A menudo pueden quitarse los olo- res de la pieza de ropa limpiándose la mancha con un poco de agua tivia \ la que se añaden unas cuantas go- r tas de vinagre blanco. Polvoréese con pepsina en forma de polvo, tra-

bajando con los dedos hasta que la pepsina entre a la tela. Déjese por una o dos horas, guardándose el lu- gar húmedo. Quítese el polvo y en- juagúese bien.

Trad. por A. M. Pratt.

F

7laia¿eCo de Emidencia

(Viene de la pág. 330)

áaderamente fieles nunca vacilaron. En todas estas escenas tenemos el paralelo en el ministerio y la histo- ria de José Smith y sus compañeros. En proclamar al mundo la restaura- ción del Evangelio, él y ellos realiza- ron muy bien los peligros que les es- peraban. Sabían tan bien como Jesús y sus discípulos, que no había para ellos ganancia mundana ; riqueza, ho- nor que pudiera ganarse en un mun- do hostil. Las doctrinas de la restau- ración; la creencia en un Dios perso- sonal, el relato de la "primera vi- sión"; que no había autoridad divi- namente delegada en la tierra; y mu- chas otras doctrinas fueron tan revo- lucionarias en este día como lo fue- ron las enseñanzas de Jesucristo hace dos mil años.

EL PROFETA SABEDOR DE LOS PELIGROS

José Smith supo muy bien oi- proclamar esta religión extraña- es- traña porque era tan diferente pa- doctrinas del día traería _>u todo? cabeza, y la cabeza de toó de Salo- seguían, la ira de los homc, pero un gel le informó que su no. echado fuera como maldav tro la profecía en el Libro món que el día en que el libi ra a luz al mundo, "la sangre sanos, desde el suelo, clamará-

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Nefi 28:10). Tenemos buena razón al creer en que algunas de sus decla- raciones que sabía que vendría el tiempo en que tendría que dar su vi- da. Su vida entera fué pasada en el disturbio de oposición amarga. Sabía, que los hombres constantemente bus- caban su vida. Vio a muchos de sus amigos echados a la cárcel, alejados de sus hogares, despojados de cuan- to poseían, y en muchos casos la san- gre derramada en cumplimiento de la predicción en el Libro de Mormón. Todas estas escenas de malicia, per- secución y odio que él y sus asociados tuvieron que soportar, atormentaron su alma; pero no por mismo, sino porque ellos tuvieron que sufrir. Llo- ró por la iniquidad del pueblo, como el Salvador lloró por Jerusalem. Su corazón sangró por sus hermanos afligidos. Sufrió en la cárcel por mu- chos meses en un calabozo sucio, pe- ro cuando allí su mente estaba in- quieta más por su pueblo afligido que habían sido echados fuera de sus hogares, que por mismo. En la an- gustia de su alma clamó al Señor: "Recuerda a tus santos que sufren, O nuestro Dios; y tus siervos se re- gocijarán en tu nombre para siem- pre". (D. y C. 121:6).

Enseñó a la gente que él había es- lado en presencia de ángeles, sí, en la presencia de Dios. Santos mensa- jeros vinieron de la presencia del Se- pt Jíor y confirieron sobre él y otros el chas dl*° Sacerdocio. Otros tuvieron es- mos tenH?mo testimonio, y por tenerlo :¡ue hacer". clue sufrir. En todo respecto El sudor dePs requisitos de la prueba ríe que la ropa *J de veracidad. Eran tes- áólares se tire l^es» eH°s "pasaron su vi- sa de ropa piJos, peligros, y sufri- :ondición y teasados v°lunta,*iamente en descolorida <* de 'os rela*os que daban, causa del srien*e en consecuenc>a de S*J ¡lie va no rA en esos relatos; y que tam- sa de ro^ son,e^eron» P°r l°s mismos

motivos, a nuevas reglas de conduc- ta".

José Smith sufrió toda su vida a manos de hombres inicuos. Fué hasta su muerte en plena confianza que su misión fué aprobada. He apuntado, antes, como Oliverio Cówdery, una vez apartado, humildemente regresó a la Iglesia en su hora más obscura, buscando una vez más gozar de las bendiciones y aguantar las tribulacio- nes de su pueblo afligido. He mostra- do también la integridad de otros que estuvieron en presencia de ánge- les. Todos sufrieron incontable perse- cución. No fueron forzados, pero ac- tuaron libremente. El Dr. Paley está en la verdad. Su argumento es fir- me ; pero es tan verdadero aplicado a la restauración en esta dispensa- ción como cuando es aplicada a la dispensación anterior. El segundo problema presentado por el clérgico no necesito discutirlo, tomo por he- cho que el Dr. Paley tenía la verdad. Los hombres no presentan evidencia satisfactoria bajo tal presión cuando están ocupados en un fraude. Al su- mar su argumento el Dr. Paley dice :

ARGUMENTO SUMARIO

"Si es verdad" (es decir, que los J hombres así sufren por una fe mila- grosa) "la religión tiene que ser ver- dad. Estos hombres no podrían ser engañadores. Por solo testificar, no podrían haber soportado todos esos sufrimientos, y vivido en quietud. /.Habría hombres en tales circuns- ., tancias pretendiendo ver lo que nun- ca vieron; afirmado hechos de los cuales no tenían conocimiento ; min- tiendo para enseñar virtud ; y, a pe- * sar de estar convencidos de que Cris- to era un impostor, y haber visto el éxito de su impostura en su crucifi- xión, siempre persistiendo en seguir- lo, y de tal manera persistir hasta traer sobre sí, para nada, y con ente- ro conocimiento de sus consecuencias, «

$3?

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enemistad y odio, ira y muerte"? Recuerda que en toda miseria los

¡No! los hombres no sufren así o lamentos hacen necios y la acción

en los días de Jesucristo o en los días sabios. Sir Sidney.

de José Smith para perpetuar un

fraude. Recomendad a vuestros hijos la

Que el Señor os bendiga y os guíe virtud, porque sólo ella puede dar la

en el nombre de Jesucristo. Amén. felicidad que no da el dinero. Hablo

Tnmori* An «vu ni, i xt »j Por experiencia. Ella me ha sosteni-

Tomado de The Church News' do a en mi miseria y a el]a debo

Trad. por A. M. Pratt. tanto como a mi arte . Beethoven.

SdLtaúaí

(Viene de la pág. 312)

didos a la sociedad, y adoptar métodos y prácticas de grupos de ex- tranjeros, que por su triste experiencia, han probado estar tan equivo- cados?

El Apóstol Pablo, mediante la inspiración del cielo, vio nuestro tiempo en el espíritu de profecía y dijo :

"Esto también sepas, que en los postreros días vendrán tiem- pos peligrosos: que habrá hombres amadores de mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, detractores, desobedientes a los padres, in- gratos, sin santidad, sin afecto, desleales, calumniadores, destempla- dos, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, arrebatados, hin- chados, amadores de los deleites más que de Dios". (2 Tim. 3).

Juventud de la Iglesia, amad a vuestros padres, honrad a vues- tros padres y vuestras madres para vuestro propio bien y para el bien de la sociedad ; estimad vuestros hogares como lugares sagrados, los meros cimientos de la civilización ; evitad los peligros que se os en- frentan si sois ingratos, sin santidad, sin afecto, como Pablo lo puso. Evitad estas tendencias, porque su fuente es maldad.

Vuestros padres desean solo vuestro bien. Ellos han vivido más tiempo que vosotros, y han tenido más experiencia. Aceptad su con- sejo y guía. Nunca rehusaríais el consejo de un guía del camino si es- tuviereis en una jornada. ¿Entonces por qué rehusan la guía de pa- dres amantes que, sin ningún propósito egoísta, os ofrecen su todo? La voz de la experiencia dice ahora, como dijo en el tiempo de Salo- món, "Un insensato desprecia la enseñanza de su padre", pero un hijo sabio sigue la palabra de su padre.

Trad. por A. M. Pratt

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INFANTIL

E

'Pjw^ejcía QumpJÍida

Como treintaicuatro años después sucedieron cosas terribles en esta tierra. Durante tres días y tres noches todo el país estuvo en- vuelto en obscuridad. Tan grande fué la obscuridad que era impo- sible que la gente hiciera fuego. Luego se desató una tempestad es- pantosa, algo cuya semejanza jamás se había visto en toda la tierra. Los truenos de los cielos sacudieron la tierra y los relámpagos en- cendieron fuego a muchas ciudades, entre ellas la gran ciudad de Zarahemla Cayeron las montañas, se sepultaron muchas ciudades, y otras se hundieron en las profundidades del mar.

Toda esa destrucción terrible tuvo lugar al mismo tiempo en que se le dio muerte al Salvador en la cruz fuera de Jerusalem. Su- cedió como lo había predicho Samuel el Lamanita, como un castigo a sus pecados.

Luego siguió un tiempo de lloro y pesar entre aquellos cuya vi- da se había conservado. Oh, que nos hubiésemos arrepentido an- tes de este grande y terrible día, y que no hubiésemos apedreado, muerto y desechado a los profetas! Entonces ninguna de estas co- sas nos hubiera sucedido".

En medio de sus lamentaciones se escuchó una voz de los cie- los. Era la voz de Jesús. "He aquí, yo soy Jesucristo, el Hijo de Dios. Yo creé los cielos y la tierra, y todas las cosas que en ellos hay". El Salvador les dijo que El había terminado la misión que Su Padre le había encomendado. Los llamó a que se arrepintieran y se bautiza- ran, prometiéndoles la remisión de pecados, y el don del Espirita Santo si así lo hacían.

Las palabras del bendito Redentor trajeron paz y consuelo a su alma. Con voluntad, prestaron obediencia a Sus Mandamientos Divi- nos, y las bendiciones del Señor les fueron dadas con abundancia.

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Trad. Por Arón S. Brown UAHONA

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EL ARTE DE ENSEÑAR

¿CUAL ES MI META AL ENSEÑAR?

Por el Dr. Vernon F. Larsen

El inspector de cierta escuela re- gresó con este reporte de una visita a una clase : "Cada alumno estaba quieto, escuchando, todo miembro de la clase estaba interesado, todos es- taban activos, entretenidos". Pero él dijo, "Estoy forzado a calificar la enseñanza como inferior".

¿Cómo puede ser ésto? ¿Qué no son la buena disciplina, el interés del alumno, y la actividad del alumno verdaderos logros en la clase ? Cuan- do le preguntaron esto, el inspector contestó : "Pero el maestro no produ jo ningán cambio bueno en la vida de sus alumnos. Los entretuvo pero no inició progreso en ninguno. Ha- bría sido tan provechoso mandar la clase a un cine popular".

La enseñanza provechosa tiene que ser enseñanza con propósito. Antes de principiar tienen que averiguarse los logros o cambios que quieren efectuarse. El valor de cualquier en- señanza puede medirse solamente en términos de la realización de esta meta proyectada. Es posible que los alumnos sean entretenidos, discipli- nados, y activos sin que algo signifi- cante ocurra en su vida. El maestro de éxito dirige el interés y la activi- dad de sus alumnos hacia metas cui- dadosamente premeditadas, las cua- les trabaja poco a poco por lograr. Realiza que tanto más claro tenga en mente a donde va, tanto más inteli- gentemente puede proveer el medio

de llegar allí. Un maestro con ME- TAS ve adelantadamente lo que quie- re hacer y entonces dirige su ense- ñanza para poder lograrlo. Entonces puede valuar su propio éxito en tér- minos hasta el punto que se ha acer- cado a la meta hasta qué grado se ha efectuado el cambio deseado.

No juzga solamente por la quie- tud de la clase las personas dor- midas están quietas. No juzga sola- mente por el interés de la clase las personas ocupadas con un libro de misterio conmovible están interesa- das. No juzga solamente por la acti- vidad en la clase las personas en un juego de pelota están activas. Juzga solamente en términos de me- tas que se alcanzan.

Pero, preguntó un maestro, "¿Cuá- les deben ser mis metas?"

En el pasado se pensaba de las metas de educación variamente en, términos de desarrollo de genio po- lítico (Grecia), desarrollo de habili- dad oratórica (Roma), desarrollo del caballero (Inglaterra), memorización de los hechos de cultura pasada (Chi- na), el desarrollo de la habilidad pa- ra recitar los materiales del sujeto requerido en lecciones (temprana América), la habilidad de citar las contestaciones correctamente formu- ladas a preguntas fijas sobre concep- tos teológicos (Catecismo Católico).

Algunos pensadores más leídos y científicos en educación preguntan tales ideas como los siguientes como metas de educación : "Una recons- trucción de experiencia progresiva" (Betts) ; "producción de cambios úti- les en seres humanos" (Thorndike) ; "bienestar social e individual" (Wi- thers) ; "transmisión de ideales dig- n o s de generación a generación" (Bagley) ; "ajustamiento a y control del alrededor intelectual, emocional, y volitivo" (Horne) ; "reconstrucción, continua de experiencia" (Dewey) ; "construcción de ideales dignos y ac-

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titudes deseables" (Keith y Bagloy) ; "desarrollo de hábitos pensativos crí- ticos" (Dearborn) ; "desarrollo de aprecios" (Dearborn).

En el campo de educación religio- sa se han pensado en las metas en términos de "instrucción en las cosas que un cristiano debe saber"; "preparación del niño para ser miem- bro en la iglesia" ; "salvación del alma del niño"; "desarrollo de capa- cidades religiosas" ; "producción de carácter cristiano" ; "perfección del hombre de Dios" ; "crecimiento ha- cia y a madurez y devoción eficiente a la democracia de Dios".

No obstante las maneras en que se han formulado las metas de edu- cación religiosa, parece haber tres distintos aproches a ella que se reco- nocen en nuestro propio período de tiempo y operación en nuestras es- cuelas. Estos están caracterizados por tres maestros vivos, cada cual de los tres está esta misma semana lo- grando bien el trabajo que puso pa- ra sí mismo.

Maestro número uno es un estu- diante devoto de sus libros sagrados. Su conocimiento de la Biblia proba- blemente excederá al 95 por ciento de los maestros religiosos en toda la nación. Tiene un conocimiento de hechos ACERCA de la Biblia y EN la Biblia, y hace todo lo que está en su poder para ayudar a sus alumnos a adquirir el mismo entendimiento de este libro. Su entero esfuerzo co- mo maestro es dirigido para ayudar a los alumnos a conocer los hechos Bíblicos. Ellos vienen de su clase con conocimiento cabal de historia y fe- chas Bíblicas, caracteres Bíblicos, li- teratura Bíblica, sermones Bíblicos, geografía Bíblica y teología Bíblica. Sus alumnos llegan a ser casi enciclu- pedias Bíblicas.

El maestro número dos tiene mu- cho menos conocimiento sobre la Bi- blia. Sin embargo está tan bien cali-

ficado en su propio campo de teolo- gía como el maestro número uno lo es en la Biblia. Su interés especial es ver que los alumnos CREAN como él. Su aproche principal es el de diri- gir a los jóvenes exactamente en lo que deben creer. Es su deber guiar a los alumnos fuera de toda enseñan- za, u oral o escrita, que en alguna manera conflicte con las creencias que él presenta. Su método es prin- cipalmente el de decir a su clase lo que debe creer, probando por varios métodos que sus creencias son correc- tas, y entonces ocasionalmente expli- cando el sentido de sus convicciones teológicas.

El maestro número tres tiene un entendimiento razonablemente bueno de la Biblia y la teología, pero su in- terés princial es los alumnos mismos. Cree que la meta más importante de- be ser el crecimiento religioso total de sus alumnos. Procura estudiar las debilidades y problemas de los alum- nos y entonces procede a ayudarles a sobrellevar sus debilidades. Parte del tiempo usa la Biblia para ayudar- se. Parte del tiempo les estimula a usar las enseñanzas y la teología de la Iglesia para ayudar. Pero su meta vnica no es ni el conocimiento Bíbli- co ni la aceptación de ciertas con- cepciones teológicas. Sus métodos son más de guiar, y de actividad de los estudiantes. Trabaja, juega, y vive con sus alumnos y guía su vida acti- va. Sus discursos son relativamente pocos. El enseña, guiando a los alum- nos a apreciar la vida correcta en to- dos sus aspectos, dando a los alum- no? cosas desafiantes que hacen que se desarrollen y desafiando su pensa- miento independiente y guiándoles para que lleguen a tener conviccio- nes ellos mismos. Dice que su meta es cambiar la vida religiosa de sus alumnos para el bien. Dice que no hay punto en hacer que alumnos di- gan sí a su predicación sobre teolo-

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gía si no sucede algo que haga su * vida mejor. Dice además, "Me inte- reso más en los muchachos y mucha- * chas que en fríos hechos Bíblicos o teología envuelta".

La meta de estos tres maestros ca- racterizan tres tendencias de ense- ñanza. La primera meta representa la rígida meta centrada en el sujeto. En esta, están aprendiendo nombres, lugares, fechas, hechos y eventos que llega a ser el interés mayor. Su ex- tremo se representa en la memori- zación china de grandes libros de historia y filosofía sin atención en sentidos o valores de la vida en ellos. ^ La segunda es la meta centrada en la doctrina, en la cual el interés primario es creer como el maestro. La estabilidad de la creencia, el efecto de la creencia, o su racionali- dad y efectos sociales no son más que consideraciones secundarias. De- masiado a menudo se logra esta me- ta por un proceso o método de indoc- trinación en el que solo se presenta un lado del retrato para su entera consideración. La libre evaluación activa de los hechos y la aceptación del resultado final de honesta inves- tigación cabal es desalentada con de- masiada frecuencia. Tal método usado en la niñez produce alguna aceptación ciega de teología, pero a menudo termina en fe quebrada y mal ajustamientos teológicos cuando los estudiantes se enfrentan al realismo más amplio de investigación científi- ca y filosófica.

La tercera meta es la que centra en el alumno, y que pone crecimien- to individual por medio de actividad como el obietivo último. Aquí las en- señanzas Bíblicas y la teología se consideran de valor únicamente como medios para el crecimiento del alum- no. Su valor está solo en el efecto que tienen en la vida del estudiante. La memorización de hechos Bíblicos o recitación de conceptos teológicos no son de ninguna valor excepto co-

mo traen a cabo cambios deiseados en vida cristiana. Esto presume que el trabajo del maestro es traer al alumno de "donde está a donde no está" DE algo A algo de más va- lor.

El sentido en detalle de crecimien- to religioso se establecerá en tér- minos de vida personal religiosa y moral, interés en los semejantes, de- sarrollo de poderes personales de mente, cuerpo y alma, ajustamiento a problemas personales de vida so- ciales y cósmicos, adquisición de una filosofía de vida que guíe a uno ha- cia sus más grandes logros potencia- les, y el desarrollo de fe y lealtad a valores eternos que prueben ser de valor en lo que afectan al crecimien- to personal y social y de progresión eterna.

En aprender a enseñar es suma- mente importante que cada maestro tenga muy claro en la mente una me- ta última para guiar su propia activi- dad de enseñanza. Desde luego la me- ta puede nombrarse de varias mane- ras y puede representar muchas filo- sofías fundamentales de educación. Pero una guía formulando tal meta sería seleccionar aquello que traería a cabo la meta última que sería vida cristiana, dicho tan efectivamente por el Maestro. "Sed, pues, vosotros per- fectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto".

El establecimiento de una meta central en el alumno abre el camino para utilización libre de enseñanzas Bíblicas y teológicas, en tanto que contribuyen al crecimiento del alum- no. Pero el interés último tiene que ser el niño mismo. Cambios útiles tienen que suceder en su vida.

JOYA SACRAMENTAL PARA OCTUBRE:

Venid, oh santos, y mostrad, A él eterna gratitud ; Su santa sangre aceptad, Preciosas gotas de virtud.

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HIMNO DE PRACTICA PARA OCTUBRE: "Esperando La Cosc- <ha", página 184 del Himnario.

Porque octubre es el mes de la co- secha, el himno de práctica que se escogió para este mes es "Esperan- ce la Cosecha". Este himno compara el trigo esperando ser cosechado, a los muchos que están esperando re- cibir el Evangelio, para poder entrar al Reino de Dios, como el trigo se .limta en el granero. Este es un de- safío para todos nosotros de salir 5* "atar las gavillas" predicando el Evangelio a otros. Debe cantarse con espíritu, y como es corto, solamente dos estrofas, les urgimos que memo- ricen las palabras. Después de apren- der las palabras, será más fácil dar- le el sentido y énfasis correcto, y cuando la congregación pueda fijar- se en el director, él puede dirigirles mejor. Así el canto puede hacerse más efectivo.

El director notará que el himno está escrito en tiempo de 4/4, empe- zando para arriba, y que hay un rit- mo muy oscilante en toda la pieza, quebrada únicamente por una nota sostenida en la cuarta línea, la últi- ma sílaba de la palabra "esperado", que debe observarse. En el coro las primeras deben sostener la última sí- laba de la palabra "alumbrad" mien- tras que las segundas, los tenores y bajos repiten la palabra "alumbrad", y de nuevo en la palabra "aleluya". No hay ningún ritardo en todo el himno, así es que guárdenlo en el de- bido compás.

Trad. por A. M. Pratt.

Qo-ifoiencia de Ca...

(Viene de la pág. 327)

"Recuérdense", dijo él, "que pala- bras piadosas y tonos de amor man- tendrán a los niños en la vía de la justicia".

El Eider Lee describió la respon- sabilidad «i1"' recae sobre los maes- j tros de la Iglesia como es medida la palabra del Señor, cuya palabra trajo a la memoria por, medio leer algunos pasajes de las Escritu-

. También expuso ciertas califica- ciones que los maestros deben tener o adquirir si ellos han de subscribir- se a los deseos del Señor en estos asuntos.

Declaró él que seguramente se for- maría un nuevo cielo y un mundo nuevo, hechos celestiales por nuestro Padre Eterno, y, que sería la obliga- ción de los maestros de la Iglesia en- señar y preparar a una gente que se dignaría ocupar aquella nueva habi- tación "cuando venga el Señor para reinar como el Rey de los Reyes".

El predicador indicó la responsa- bilidad de la Iglesia a los niños en cuanto a las cosas temporales tanto como espirituales cuando los padres no cumplan, como es revelada por la palabra del Señor, y declaró que es el deber de la maestra de la Prima- ria apoyar y fortificar el trabajo del hogar. El precavió que a pesar de la importancia de la Primaria en ense- ñar a los niños, es auxiliar al hogar, y que su programa no debe estorbar la función del hogar.

El Eider Lee manifestó que las maestras deben lograr, por medio de la oración de fe, el Espíritu del Se- ñor, si procuran enseñar Su Volun- tad. Les exhortó a que fueran pru- dentes en su vivir, fieles y sinceras, y que de todas maneras ejemplifica- ran las virtudes que han de enseñar.

"Practiquen lo que enseñan, ca- minen rectamente delante del Señor y tengan cuidado en evitar aún la apariencia del mal", aconsejó él.

El líder de la Iglesia dio énfasis al papel que desarrolla el recreo en el programa de la Primaria y lo ex- plicó como un medio excelente por el cual deseables características se

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puedan enseñar, pero dijo que se de- De entender que el recreo es un su- plemento y un medio más bien que un fin. A las maestras les excitó a que adquirieran un conocimiento me- jor del niño, tanto como de sus pa- dres y de la vida del hogar a fin de que instruyan más inteligentemente y que sus necesidades se suministren.

El Dr. Bennion declaró "que cosas temerosas han acontecido en los últi- mos años y que el mundo antiguo ha desvanecido", y que ahora es "la tarea nuestra elevar hasta la realidad a un mundo nuevo. Pero, la cuestión pertinente es : ¿ Tenemos nosotros los recursos para hacerlo" ?

Amplificando sus indicios dio im- portancia al factor humano y dijo que por importante que fuera la obra de la maestra, la de los padres es más aún.

Habló de la importancia de la ins- trucción durante el período formati- vo, declarando que si los padres no se han aprovechado de la oportuni- dad de infundir una debida funda- ción permanente cuando el niño lle- gue a la edad de entrar en las escue- las, entonces casi se habrá perdido la última esperanza.

"Hemos hecho mucho ya por los niños", dijo el educador. "Hemos aprendido ciarles alimentos; se han eliminado muchas enfermedades ele la infancia y sabemos de las vitami- nas; pero somos algo candorosos al presumir que la educación por el gobierno y el público podrá dar a los niños todo lo que necesiten". Al con- trario, aconsejó que parte de su ins- trucción más importante en la reli- gión, ia moralidad y la ética la reci- ben sus padres.

El predicador desacreditó la mala influencia que se impone sobre la vida del niño por la abundancia de literatura publicada y ciertos pro- gramas de la radio y de las cinema- tografías; declarando que las desen-

frenadas fuerzas del mal que están en el mundo desafían a los padres y maestros a que lleven a cabo el nue- vo mundo. Para hacer esto, dijo, "te- nemos que arrojar al conflicto más energía de lo que expusimos para ga- nar la victoria de la última guerra. Aquello es el precio que hemos de pagar para alcanzar la paz para nuestros hijos".

El Dr. Bennion cargó que el mun- do adulto visita sus odios y prejui- cios sobre la cabeza de sus hijos, de otro modo estas cosas pronto se eli- minarían de la faz de la tierra.

Declaró que la obediencia y la le- altad en los niños no es suficiente, para que sobrevivan en una demo- cracia, pero que a estas virtudes se tiene que añadir iniciativa y dominio sobre mismo.

Incitó a las maestras a que dieran énfasis al concepto de valores, ense- ñando a los niños ser justos, honora- bles y rectos para que al crecer y adquirir controles internos estos sean canjeados por controles externos, y que así puedan reaccionar favorable- mente a causa de estas tempranas en- señanzas, al experimentar una nue- vamente encontrada libertad.

Tracl. por Kari R. Fenn

YlcMacLaneá, acerca de...

(Viene de la pág. 333)

gados decidieron ir a Quincy, que quedaba a una distancia cíe unas dos- cientas sesenta millas (aproximada- mente unos cuatrocientos quince ki- lómetros), para comparecer ante el Juez Stephen A. Douglas. Mientras tanto los amigos del Profeta arregla- ron para que fueran hombres en su apoyo. Al viajar hacia Quincy les ai-

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canzaron unos de los hombres de Nauvoo. Reynolds y Wilson se po- nían ya muy nerviosos y temblaban mucho. Un viejo conocido de Wilson le preguntó: "¿Qué le pasa a usted? ¿Tiene usted escalofrío?"

"No", respondió Wilson, y ento ti- ces Reynolds preguntó: "¿Está Jim Fleck en este grujo?"

La contestación fué : "No está aho- ra, pero lo verá usted mañana a es*a hora".

"Entonces", dijo Reynolds, "¡Soy hombre muerto ; porque le conozco a él desde hace tiempo !"

Se le dijo a Reynolds que no tuviera miedo, porque no le pasaría nada. Más tarde el Profeta le prometió que sería protegido de su antiguo enemi- go, Jim Fleck.

En Andover, donde pasó la noche el grupo, el señor Markham oyó a Wilson, Reynolds y el hotelero don- de se alojaron, conspirando para jun- tar un populacho que tomara al pro- feta a base de fuerza, para llevarle a Rock River en el Mississippi, ya que allí les esperaba una compañía de hombres para llevarle através del río hasta Missouri. El alguacil que acompañaba al grupo ordenó que v-.e pusiera guardia, para que nadie en- trara o saliera de la casa durante i a noche.

Wilson y Reynolds querían tomar un vapor para continuar su viaje has- ta Quincy por el río Mississippi. No quisieron pasar por Nauvoo pero no lograron evitarlo y continuaron su viaje por tierra hacia Nauvoo. Se pa- raron en un rancho a unas seis millas de Monmouth. En ese lugar se pla- neó otro atentado para entregar al Profeta en manos de los Misurianos. Los dos oficiales tercos, Wilson y Reynolds, intentaron pasar a Mon- mouth y juntar un populacho para llevar a José de noche. Fueron des- cubiertos sus planes y los conspira- dores fueron puestos en un cuarto y vigilados durante la noche.

Al día siguiente, al continuar su viaje, el temido James Fleck y otros se juntaron con el grupo.

El Profeta, fiel a su promesa, lla- mó a un lado a Fleck y le dijo que no dañara a Reynolds, no obstante la provocación que había recibido anteriormente.

José pudo lograf que el enemigo de Reynolds no le molestara y siguie- ron el viaje como si fueran amigos. Para entonces unos sesenta ami- gos más del Profeta habían llegado con él y finalmente decidieron aban- donar el viaje a Quincy y buscar au- diencia ante algún Juez en Nauvoo. Con el cambio de rumbo quedó contento el corazón de José y mandó noticia a Nauvoo de su llegada. En- tonces mandó un mensajero a la ca- sa del Sr. Crane, quién vivía a unas quince millas de donde estaban, y pidió que preparasen una cena para cien hombres. Cuando llegó el Pro- feta a la casa de Crane, para mos- trar el contentamiento de su corazón, en vez de entrar por la puerta del patio, saltó por el muro sin tocarlo. Se proveyó una cena abundante y pasaron la tarde festejándolo, can- tando y regocijándose.

Al día siguiente la gente de Nau- voo salió con una banda para encon- trar al Profeta. La esposa del Pro- feta llegó con ellos. Lo que sucedió entonces mejor puede relatarse en las palabras de José Smith mismo :

"Yo fui prisionero en manos de Reynolds, el agente de Missouri, y de Wilson su ayudante. Ellos erai prisioneros del Alguacil Campbell, quién nos había entregado a todos en manos del Coronel Markham, es- coltados por mis amigos, para que ninguno pudiera escapar.

"Cuando llegó la compañía de la ciudad, dije que pensaba viajar con un poco más de comodidad. Salí del carruaje en que viajaba, abracé a Emma (su esposa) y a mi hermano Hyrum, quién derramó lágrimas de

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gozo por mi regreso, como también casi toda la compañía que nos rodea- ba, (fué una reunión silenciosa y so- lemne). Monté mi caballo favorito, "Viejo Charley", y la banda tocó "Hail Columbia" mientras marcha- mos lentamente hacia la ciudad ; ibi Emma montada a mi lado.

"Habiéndose formado los carrua- jes en fila, la compañía que iba con- migo siguió en segundo lugar, y el pueblo siguió a la retaguardia. Al acercarnos más a la ciudad se hizo más interesante la escena ; por am- bos lados de las calles había filas de hermanos y hermanas cuyos sem- blantes reflejaban el gozo que sen- tían al verme otra vez fuera de pe- ligro.

"Fui recibido con el grito del pue- blo y disparos de fusiles y artillería. Fué necesario señalar a algunos da los hombres para despejar las calles y dejar pasar el desfile. Llegamos a mi casa como a la una de la tarde y mi anciana madre me esperaba en la puerta para abrazarme, mientras co- rrían lágrimas de gozo por sus me- jillas. Mis hijos me rodearon con sen- timientos de placer entusiasta. El pe- queño Fred exclamó: "¿Papito, no es cierto que los Misurianos ya no te llevarán otra vez ?" Los amigos de Dixon se quedaron atónitos del aco- gimiento entusiasta de mi familia y de los Santos".

La entrada a Nauvoo relatada aauí, fué en realidad una marcha triunfal en lugar de ser la marcha de un prisionero que era llevado al juicio.

Continúa el relato del Profeta :

"La multitud no mostró señas de querer retirarse hasta que yo me le- vantara sobre un muro para decir- les: 'Estoy fuera de las manos de los Misurianos otra vez, gracias a Dios. Os doy las gracias por todas vuestras bondades y vuestro amor. Os bendigo a todos en el nombre de Jesucristo. Amén. Os hablaré en el

bosque, cerca del Templo, a las cua- tro de la tarde'.

"Cuando fui a comer con mi fami- lia, Reynolds y Wilson fueron pues- tos en la cabecera de la mesa, junto con unos cincuenta de mis amigos, y les fué servido de lo mejor que brin- daba la mesa, y eso por mi esposa a quién no me quisieron dejar ver cuando tan cruelmente me arresta- ron y me maltrataron. El trato reci- bido por ellos fué muy en contraste al trato que me proporcionaron al detenerme y hasta que vinieran mis amigos para acompañarme".

Este es un caso de que un hombre amontone brasas sobre las cabezas de sus enemigos. Sin duda esos villa- nos fueron más sabios y tal vez me- jores al alejarse de la presencia del Profeta, de lo que eran al capturarlo unos ocho días antes.

Cuando el caso del Profeta fué juzgado en el Tribunal Municipal de Nauvoo, fué puesto en libertad. Mas no quedaron satisfechos sus persegui- dores. Salieron repentinamente para Carthage, Illinois, con la amenaza de juntar un populacho y llevar al Profeta.

Esta es la historia de una de las fastidiosas detenciones del Profeta. Según su propio relato, fué arresta- do casi cincuenta veces durante su corta carrera ; mas nunca fué encon- trado culpable de crimen alguno, porque no fue culpable del mal ha- cer.

El asunto relatado aquí fué como el procedimiento de una fiesta en comparación con otras detenciones y castigos. En Missouri, por ejemplo, en 1838, fué brutalmente arrastrado del lado de su familia y amigos y, junto con otros, fué arrojado a un. calabozo para permanecer allí varios meses sin ser juzgado. Y fué allí don- de ocurrió algo, demasiado horrible para relatarlo, ¡les fué ofrecida car- ne humana para alimentarse !

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MINUTO LIBRE

La señorita: "Admito con franque- za que estoy buscando un esposo".

La señora: "Yo también".

La señorita : "Pero creí que tenías uno".

La señora : "Es cierto, pero paso todo mi tiempo buscándole".

Maestra de Escuela Dominical : "¿Cuántos dieron felicidad a alguien durante la semana pasada? Bueno, Beto, ¿qué hiciste?"

Beto : "Fui a ver a mi abuelita, y estaba muy feliz cuando me despedí".

Florista : "Estas flores serían me- jores para una rubia, y estas para una morena".

Cliente: "Pues, no la be visto por dos días llevaré de ambos".

Señora caritativa : vea, buen hombre, todavía hay gentes genero- sas en este mundo.

Mendigo : Sí, señora ; pero esas ya no tienen dinero.

Ferenc Molnár, el conocido drama- turgo húngaro, emplea dos meto para zafarse de loa visitantes a quie- nes no quiere ver. A los que no le desagradan especialmente, su se taria les dice:

Lo Biento mucho, pero no está aquí.

A los que Molnár profesa antipa- tía, además de decirles: "Lo siento mucho, pero no está aquí", les agre- ga*.

Acaba de salir en este mismo momento, y si usted corre calle aba- jo es muy probable que lo alcance.

¡ Oh ... se ve usted primorosa con ese sombrero ! dice la vendedo- ra a la dama que se lo está proban- do.— ¡Realmente la hace ver diez, años más joven !

Entonces no lo tomo contesta la señora . ¡No quiero aumentarme diez años cada vez que me lo quite !

Una actriz cinematográfica se prueba un sombrero en cierta tienda de modas de Beverly Hills y pregun- ta el precio. Al oírlo exclama :

¡Vamos, es escandaloso!

j El sombrero también lo es ! contesta la vendedora.

¡ Cómo me hubiera gustado vivir hace trescientos años!

¿Para qué? ¡ Hombre, así no tendría tanta historia que aprender ahora !

Bueno . . . pensándolo bien, he resuelto que estoy de acuerdo conti go . . -

¡Eso no sirve de nada inte- rrumpió ella porque ya cambié de opinión !

¿Realmente cuáles les gustan a ustedes, muchachas, los hombres egoístas o los de la otra clase?

¿Cuáles son los de la otra cla-

se

La dueña de casa al vendedor de aspiradoras de polvo :

Vea a los que viven en la casa de junto. Nosotros usamos la aspira- dora de ellos !y está terrible !

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fflLíLanebaá, Ylueiwú tn ¿a WlLbLán Wleaicana

De izquierda a derecha:

Primera Fila: Mavtha White, María Rodríguez, Beverly Farnes,

Segunda Fila: Beverly Phillips, Joan Marie Tonks,

Tercera Fila: William Edward Kingsford, Nicolás Villarreal, Charles W. Eastwood.

£t &efreA de Amaneítab- Si TladeA de iPalu-aA

pal Richard £. Emanó

No es fuera de lo común oír a un padre o a una madre impacien- te dar un ultimátum a un hijo porfiado, quizás con esa amenaza tan familiar: "Es la última vez que te voy a decir". Lo que seguirá pue- de ser especificado o dejado a la imaginación, pero la nota de fina- lidad está allí. El cansancio e impaciencia a menudo nos hacen ha- cer o decir cosas que verdaderamente no queremos decir, y es muy probable que no sea la última vez que el padre o la madre en cues- tión lo va a decir al niño. Los niños tienen un modo de necesitar ser amonestados a menudo, y los padres tienen un modo de decirles a menudo, mucho más allá de la así-llamada "última vez". De esta ex- periencia común, no sería difícil imaginar una impaciencia justifica- ble por parte de nuestro Padre Celestial que por tanto tiempo ha trabajado con sus hijos y que tan a menudo ha causado a ser repe- tidas las grandes verdades de la vida, por su propia voz y por los profetas que ha levantado, y por el registro escrito. Y sin embargo generación tras generación, sus hijos son tan descuidados como a veces algunos de los nuestros parecen ser. Pero el oficio de pater- nidad no es el de dar ultimátum como es uno de longanimidad, es- fuerzo, y enseñanza, no para el fin de que los hijos sean amonesta- dos y desheredados, sino que al fin de que sean amados y nutridos hasta ser lo que deben ser. Es relativamente fácil decir, "Haz esto, o verás" ¿Pero qué si escogen "o verás"? Amonestando a un hom- bre y dejándole tomar las consecuencias es un modo severo aunque a veces necesario de hacer su deber, pero persuadiéndole a conducir- se para que no tenga que tomar dichas consecuencias es la verda- dera medida de éxito y satisfacción con padres para con sus hi- jos, y con todo hombre para con todo otro hombre. En verdad, el propósito declarado de Dios es "traer a cabo la inmortalidad y vida eterna del hombre" (P. de G. P., Moisés 1:39). Y seguramente el hombre mismo no puede tener propósito más grande, con respeto a mismo, sus hijos, y todo ser humano. Amonestar es una obligación solemne, pero salvar es un logro digno de un Dios.

Tomado de "The Improvement Era".

Trad. por A. M. Pratt

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